Un momento crucial en la consolidación del sistema educativo
se dio con el Plan de los Once años, promovido por Jaime Torres Bodet, cuando
la educación reviste un carácter especial; se introduce el libro de texto
gratuito y se impulsa una intensa campaña de alfabetismo. Fue la gran expansión
de la educación más importante del México posrevolucionario. En once años,
empezando en 1959, se contemplaba plazo en el que se debía lograr la meta de
primaria para todos, objetivo no alcanzado hasta ese entonces.

En 1989 el Programa para la Modernización Educativa
compromete al gobierno a universalizar la educación primaria y a mejorar su
calidad y el 18 de mayo de 1992 con la firma del Acuerdo Nacional para la
Educación Básica, se pretende el logro de tres objetivos fundamentales: a) La
reorganización del sistema educativo mediante la descentralización de la
educación básica y normal, y la participación social; b) la reformulación de
contenidos y materiales educativos; y c) la revaloración de la función
magisterial.

Todos esos fueron intentos que contaron con el apoyo de la
sociedad, de los maestros y alumnos. Se entendía que había que unir los
esfuerzos hacia la superación y evolución social. Reconocían el trabajo de los
docentes y establecían claramente las responsabilidades de las autoridades.

Pero aún con todos esos esfuerzos la realidad educativa deja
mucho que desear. Sin aprovechar el legado y experiencia histórica, menos los
recursos materiales e intelectuales con que cuenta el país, los resultados que
hoy nos arrojan diversos sistemas de evaluación son deprimentes. Algunos de
esos sistemas son promovidos por las instancias de financiamiento global, como
es el caso de la OCDE, que interesados en medir los indicadores educativos de
los países agremiados, establecen estándares que la educación impartida en el
sistema educativo mexicano no se logra.

De ahí, que ahora surja la consabida “Alianza por la
Educación”, promovida por el SNTE bajo el liderazgo de Elba Esther Gordillo y
de una presidencia panista que aprovechó en campaña el impulso del magisterio
para dar un golpe electoral. Lo malo es que los compromisos han salido muy
caros para el magisterio, rehén al fin y al cabo, de los acomodamientos y
luchas políticas por el poder.

¿Por qué hay mucha resistencia a este programa de gobierno?

Habría que establecer que no hay mucha información de la
“Alianza por la Educación”, ni para los maestros mismos. Por lo que surgen
muchas más dudas e incertidumbre en la base magisterial. Es cierto que durante
los cursos de actualización antes de iniciar el curso escolar actual se
proporcionó información a los maestros que asistieron, y a pesar de ello, hay
muchas confusiones por lamentables declaraciones de las autoridades educativas.

Así tenemos el caso de lo que afirma, Josefina Vázquez Mota,
Secretaría de Educación, que a finales de septiembre sostiene que los maestros
que no cumplan los estándares en las evaluaciones de carrera magisterial
perderían su base, su fuente de trabajo.

Por razones naturales, es entendible que exista mucha
preocupación en los docentes. Inclusive para aquellos que saben que tiene toda
la capacidad y que lo pueden demostrar, porque se ha juzgado las afirmaciones
de Vázquez Mota como una amenaza que afecta la estabilidad laboral. En un
sistema donde aún no hay plena justicia ¿cómo se puede confiar en él?

Además ¿Josefina Vázquez Mota tiene ascendencia magisterial
para ocupar el cargo más importante en el sistema educativo mexicano? ¿Cuántas
veces ha dado clases frente a niños con diversos problemas, en comunidades
apartadas, enfrentando a la carencia de valores de una gran parte de padres de
familia? Son algunos de los cuestionamientos que los que sí son docentes, y se
parten el lomo en ello, hacen sobre ella.

Parecería que atrás queda la claridad y la transparencia. La
intencionalidad es buscar sembrar las dudas que lleven a acciones de
inestabilidad que afecten la armonía y paz social.

Hay quienes condenan las acciones de los maestros disidentes
que están en paros y en protesta por lo que no se sabe, y al parecer, así se
quiere dejar las cosas, fomentando la incertidumbre, la confusión y la amenaza

No es una justificación, pero si debemos ser más precisos y
justos con la realidad educativa del país. Valorar el trabajo docente que hacen
miles de maestros día a día.

 


Espero que esta publicación sea de tu interés. Me gustaría seguir en contacto contigo. Por lo cual te dejo mis principales redes para dialogar y comentar los temas de interés para la sociedad y nosotros.