En días pasados, a raíz de la recesión económica global, la
televisora en cuestión ha emitido un comercial en sus canales donde varios
artistas envían un mensaje de optimismo económico ante la situación crítica que
ya empieza a experimentarse en México. Si la intención es calmar los ánimos,
los mensajes tienen un sentido contrario, porque causan mayor incertidumbre en
la población.

Pero lo que es está detrás de todo esto, es la cercanía del
evento que año con año quiere recaudar el dinero para la causa del teletón.
Evidentemente hay preocupación porque la realidad económica no es muy
favorable.

Ahí tenemos el caso de grandes empresas que ya han recurrido
a las instancias legales para protegerse y así negociar sus deudas.

En verdad se esperaría que no se logre consumar la meta.
Porque hay empresas, que en el mejor de los casos está reduciendo
significativamente sus gastos de operación para la eficiencia del rendimiento
financiero, pero otras, en casos más extremos, aplican recortes de personal con
la debida afectación al precario poder adquisitivo de miles de trabajadores y
familias afectadas. Esa situación ya ha sido reconocida tímidamente por las
autoridades, por lo que dicen se han comprometido a brindar los instrumentos de
aseguramiento de la base laboral. Esto afecta a la sociedad, empobrece a las
familias, lastima la capacidad productiva y adquisitiva del país.

Por lo tanto no sería muy justo para los trabajadores
despedidos que sus ex empresas donen grandes cantidades de dinero cuando no
pudieron asegurar la estabilidad de los contratos laborales.

No por despreciar la causa, sino más bien, la crítica de no
es congruente que sin cumplir con primordial compromiso social de la empresa que
es la generación y estabilidad de empleos por la inestabilidad financiera; se
aprovechen de los beneficios fiscales de la donación para evadir legalmente el
pago de los correspondientes impuestos.

Esto último no es nuevo. Al fin y al cabo, en la beneficencia
pública se tiene un instrumento legal para impedir el pago de impuestos. Lo
malo es que ahora puede no ser del todo ético utilizarla cuando faltan al
compromiso primario de invertir a favor del empleo y estabilidad laboral. Ahora
más que nunca cuando se requiere de los empleos para reactivar la economía del
país.

En la vida hay prioridades. Si nos ayudamos a conservar los
empleos, seguramente, tendremos en otra ocasión más oportunidades para ayudar
esta noble causa social.

 


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