El Movimiento Estudiantil del 68 sentó las bases para alcanzar las libertades que se gozan actualmente en el país, además despertó la conciencia de la importancia que debe existir en la negociación pacífica entre las autoridades de gobierno y la población, para evitar hechos de violencia, reconocieron activistas.

Durante el Conversatorio en conmemoración de los 50 años de la Asamblea General del Movimiento Estudiantil del 68, organizada por el Instituto Belisario Domínguez (IBD), se abordaron los temas: ¿Diálogo público o cerrado?; el silencio de la marcha del 13 de septiembre; Organización y división de las tareas dentro de las brigadas en las escuelas; Ayuda de la sociedad en general a los estudiantes y al Movimiento; Teorías sobre el uso de la fuerza excesiva para reprimir el movimiento; Contexto político ante la sucesión presidencial de 1970; Levantamiento de la huelga después de la masacre del 2 de octubre; Muertos y desaparecidos.

El brigadista Jorge Martínez Almaraz comentó que los mexicanos éramos súbditos de una monarquía sexenal, después del año 1968, se tomó conciencia del significado de ser ciudadano, “y ahora podemos decidir que México es una república de la que todos somos dueños”.

Rechazó  que se recuerde al Movimiento Estudiantil sólo como un pleito entre alumnos, pues fue un despertar de la conciencia de las libertades, de los derechos de la ciudadanía.

Myrthokleia Adela González Gallardo señaló la importancia de la lucha contra la represión y la desinformación; “salimos a informar con volantes, pintas e hicimos valer la libertad de expresión; miles de estudiantes, profesores, intelectuales y ciudadanos libres, ejercieron el derecho de manifestación  en las calles”.

Actualmente sigue la lucha por el  cambio democrático, de ahí la importancia de que se mantenga en la memoria el movimiento estudiantil.

Francisco Pérez Arce recalcó que la mayor influencia del Movimiento del 68 fue la vida cotidiana, pues “nos  obligó a pensar lo que pasaba en el país, el problema era  de la libertad, con  un partido único, de  discurso acartonado de la Revolución Mexicana, que ya no lo creía nadie, había una cerrazón, presidencialismo vertical, un control monolítico de la prensa”.

Los jóvenes reclamaron otra cosa, igual que en países como Francia y Estados Unidos: libertad e igualdad, por eso tomaron escuelas y salieron a las calles, lográndose que comenzara la transformación del país, sostuvo.

César Enciso reconoció por su parte que realmente nunca se supo cuántos estudiantes fallecieron, “el Búho no encontró más de 83 casos testimoniados, fallecidos el 2 de octubre”; lo que sí quedó claro, es que el Consejo Nacional de Huelga perdió oportunidades de negociar el conflicto, al concluir las marchas que antecedieron a la masacre.

“El 68 se recuerda por el 2 de octubre,  pero eso fue una desgracia donde perdió México; ahora no podemos estar conformes con lo que existe a nivel nacional e internacional. Debemos estar preparados para que no haya más 68’s, con capacidad de negociar por el bien de México”.

En el conversatorio participó también Mariángeles Comesaña, con la lectura de un poema, y asistieron el rector de la Universidad Autónoma de Chapingo, Sergio Barrales Domínguez y el director del IPN, Mario Alberto Rodríguez Casas, entre otros.

El Movimiento Estudiantil del 68 sentó las bases para alcanzar las libertades que se gozan actualmente en el país, además despertó la conciencia de la importancia que debe existir en la negociación pacífica entre las autoridades de gobierno y la población, para evitar hechos de violencia, reconocieron activistas.

Durante el Conversatorio en conmemoración de los 50 años de la Asamblea General del Movimiento Estudiantil del 68, organizada por el Instituto Belisario Domínguez (IBD), se abordaron los temas: ¿Diálogo público o cerrado?; el silencio de la marcha del 13 de septiembre; Organización y división de las tareas dentro de las brigadas en las escuelas; Ayuda de la sociedad en general a los estudiantes y al Movimiento; Teorías sobre el uso de la fuerza excesiva para reprimir el movimiento; Contexto político ante la sucesión presidencial de 1970; Levantamiento de la huelga después de la masacre del 2 de octubre; Muertos y desaparecidos.

El brigadista Jorge Martínez Almaraz comentó que los mexicanos éramos súbditos de una monarquía sexenal, después del año 1968, se tomó conciencia del significado de ser ciudadano, “y ahora podemos decidir que México es una república de la que todos somos dueños”.

Rechazó  que se recuerde al Movimiento Estudiantil sólo como un pleito entre alumnos, pues fue un despertar de la conciencia de las libertades, de los derechos de la ciudadanía.

Myrthokleia Adela González Gallardo señaló la importancia de la lucha contra la represión y la desinformación; “salimos a informar con volantes, pintas e hicimos valer la libertad de expresión; miles de estudiantes, profesores, intelectuales y ciudadanos libres, ejercieron el derecho de manifestación  en las calles”.

Actualmente sigue la lucha por el  cambio democrático, de ahí la importancia de que se mantenga en la memoria el movimiento estudiantil.

Francisco Pérez Arce recalcó que la mayor influencia del Movimiento del 68 fue la vida cotidiana, pues “nos  obligó a pensar lo que pasaba en el país, el problema era  de la libertad, con  un partido único, de  discurso acartonado de la Revolución Mexicana, que ya no lo creía nadie, había una cerrazón, presidencialismo vertical, un control monolítico de la prensa”.

Los jóvenes reclamaron otra cosa, igual que en países como Francia y Estados Unidos: libertad e igualdad, por eso tomaron escuelas y salieron a las calles, lográndose que comenzara la transformación del país, sostuvo.

César Enciso reconoció por su parte que realmente nunca se supo cuántos estudiantes fallecieron, “el Búho no encontró más de 83 casos testimoniados, fallecidos el 2 de octubre”; lo que sí quedó claro, es que el Consejo Nacional de Huelga perdió oportunidades de negociar el conflicto, al concluir las marchas que antecedieron a la masacre.

“El 68 se recuerda por el 2 de octubre,  pero eso fue una desgracia donde perdió México; ahora no podemos estar conformes con lo que existe a nivel nacional e internacional. Debemos estar preparados para que no haya más 68’s, con capacidad de negociar por el bien de México”.

En el conversatorio participó también Mariángeles Comesaña, con la lectura de un poema, y asistieron el rector de la Universidad Autónoma de Chapingo, Sergio Barrales Domínguez y el director del IPN, Mario Alberto Rodríguez Casas, entre otros.


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