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Algunos podrán pensar que es pretencioso portar una prenda de algún equipo del cual se tiene una identificación. Usualmente hay quienes toman esto como un pretexto para practicar un estilo de bullying. Sin embargo, es parte de la conformación de la personalidad encontrar modelos a seguir. Modelos que nos ayudan a consolidar un esquema de valores, de gustos y hasta de acciones que nos sacan lo mejor de todos nosotros.

El fanatismo es una actitud de vida. De manera general se identifica como una actitud que que se manifiesta con una pasión exagerada, desmedida, irracional y tenaz en defensa de, entre otros, una idea, teoría, cultura, estilo de vida. Algunas teorías psicológicas sostienen que este comportamiento raya en la anormalidad en la medida que sujeta al fanático a búsqueda extrema y exagerada que puede conducir a una fe ciega y hasta ausencia de la realidad.

Aunque usualmente el término fanatismo tiene esa connotación negativa, también hay posturas que sostienen lo contrario. En este sentido se configura el concepto de fanático como aquel simpatizante, aficionado, seguidor, admirador que por gusto y con entusiasmo a favor de otras persona/s o por cierto objeto/s mantiene un seguimiento. Bajo esta concepción, el concepto se relaciona con el deporte y el arte cuando se refiere a los admiradores de una persona o grupo de personas.

Este tipo de fanatismo, que no extremo ni dogmático, si es bien encausado permite a la persona construir un esquema de valores sustraídos de la persona o de la cosa admirada. Así tenemos el caso de muchos artistas, en cualquier disciplina del arte, o en el mismo deporte que desde niños se admiraba a personalidades tan fuerte que terminaron desarrollando para así mismo la disciplina artística y del deporte.

¿Entonces no es tan malo el ser fanático a algo?

Como suele suceder en muchas cosas de la vida, la cantidad en exceso sí puede resultar malo. Si estamos una situación que el desempeño individual no se encuentra libre de las ataduras del fanatismo, es decir, que el ejercicio de la voluntad es controlada por el mismo sujeto con la flexibilidad de la propia naturaleza humana, sin estar supeditado y motivado por el seguimiento excesivo, el ser fanático es darnos la oportunidad de gozar del arte y del deporte al gusto.

Luego entonces, no veamos mal a quienes siguen y son fanáticos del algún artista o deporte. Sobretodo si vemos que logra encausar en la vida acciones para ser una mejor persona. Entonces estamos ante un caso de fanatismo positivo que debe ser alentado y promovido, y que éste ayuda a encaminar la personalidad sana.


Pero si vemos que hay situaciones alarmantes como un seguimiento agresivo o extremo, donde la persona no es capaz de crear un propio esquema de valores y ejecutar acciones con la flexibilidad psicológica y emocional por estar atado a factores externos, entonces estamos ante un fanatismo extremo que no ayuda a la adecuada conformación de la personalidad.


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