En las últimas horas se ha establecido que uno de los canales más vistos en México es Disney Channel. Es por ello de que la producción de su oferta televisiva constituye un punto de referencia para todos sus usuarios, especialmente del público infantil. Los padres de familia requieren de contenidos confiables y por supuesto pertinentes a los menores de edad para la constitución de una personalidad adecuada. Es por ello de que la emisión del canal de la empresa Disney, por lo menos en su versión latina, exponga en comerciales conceptos muy alejados de propiciar y fomentar el buen comportamiento de los niños o niñas. Como muchos sabemos, en estos tiempos de navidad la llegada de Santa Claus constituye una oportunidad para muchas familias de consolidar el premio al buen comportamiento con el advenimiento de los regalos enmarcados en la magia de la temporada navideña. Pero eso no parece importarle a los “creativos” de Disney. En sus cortes comerciales han iniciado desde hace un par de días una campaña publicitaria con el mote “Portarme mal. Puedo”. La narrativa es muy sencilla. Se alienta que una vez que ya se recibieron los regalos entonces se tiene la libertad de *PORTASE MA*L mientras no empiece el nuevo año, es decir, la semana posterior a navidad y, como consecuencia se tenga uno que comprometerse, al iniciar otro año, a nuevamente ser bien portado mientras se espera la llegada de Santa Claus y los regalos. En verdad ¿se merece un premio a la “estupidez” al supuesto creativo que propuso, acepto y ejecuta esta campaña? Hoy en día que muchos nos preocupamos por la ausencia de valores y de buen comportamiento, la empresa *DISNEY SE ALEJA DE SU MAGIA* y con artero golpe mediático y publicitario nos impone una contracampaña de valores, de mal comportamiento que contribuye a crear más disfuncionalidad social. Me viene a la mente las palabras del notable Manuel Larena que, en el pasado 1er Congreso Estatal de Notables de Yucatán 2019, expuso la necesidad de recuperar la cultura de los valores en la sociedad como una tarea primordialmente educativa. ¿Cómo poder hacerlo cuando vemos este ex abrupto que trastoca el correcto y pertinente desarrollo social de los niños y niñas? Podemos afirmar sin tapujos que Disney Channel pierde no solo la magia y la inocencia, sino que se contrapone al espíritu constructor de una buena sociedad al insistir en que los niños se porten mal y dejen de valorar el esfuerzo del premio al asumir una conducta que sin duda es indigna para cualquier ser humano.
 B


Espero que esta publicación sea de tu interés. Me gustaría seguir en contacto contigo. Por lo cual te dejo mis principales redes para dialogar y comentar los temas de interés para la sociedad y nosotros.