*El trovador, Gerardo Pablo, continúa con el diseño de su tercer y último material de su trilogía Matria, reafirmando su pasión como narrador y cronista de experiencias *
** Por Evangelina del Toro
México, 6 enero (Notimex).— Gerardo Pablo (México, 1977) afirmó que “ser un trovador, más que un deber, es un placer”, ya que goza de la libertad creativa y del gusto de ser un cronista de sus experiencias de vida, de lo que lee y aprende de los demás. También, procura que sus canciones sean una semilla que germine en quien las escuche: “que se vea reflejado y lo deje en un mejor lugar”.
      “Opto por la libertad musical en todos los sentidos. Toda la música es muy bonita, tiene un sentido de existir, pero creo que a partir de cualquier tipo de música puedes dejar y sembrar una semilla que te coloque en lugar mejor. Esa siempre ha sido mi premisa”, compartió en entrevista con Notimex.
      “Me siento una persona muy afortunada, con una realización personal y proyecto de vida, porque he contado con la fortuna de alcanzar esto gracias a la generosidad de mi familia, amigos y de un público muy fiel”.
      Enfatizó que actualmente recapituló y da cuenta que ha “logrando algunos sueños, como que Eduardo Galeano, escritor uruguayo, me permitiera grabar un disco basado en su obra; que Luis Eduardo Aute grabara conmigo un disco y que Silvio Rodríguez cante en mi más reciente disco”.
      Con 12 materiales discográficos —disponibles en plataformas digitales—, y 24 años de experiencia, reiteró que se encuentra “justo en su momento, con el radar prendido para llenarse de imágenes e ideas para plasmarlas en sus canciones”, las cuales, actualmente, suman cien títulos de su autoría.
La trova actualmente
El cantautor comentó que en los últimos años ha experimentado grandes cambios en la trova: “es un poco complejo de describir”. Desde sus inicios se enfrentó a figuras como Silvio Rodríguez o Pablo Milanés, además de ser un artista independiente que era visto por “sostener una postura radical y rebelde, ahora esto es algo normal y habitual, tornando a este género en balada romántica”.
      Al respecto, Pablo señaló que calificarla de esta forma es bastante valioso: “Siempre es afortunado que se sigan generando canciones nuevas y me parece que la evolución musical de nuestro país se ha ido desarrollando de una manera compleja” y, subrayó: “en otros países los trovadores, por su trayectoria y reconocimiento, han llegado a lugares como Gilberto Gil, quien fuese ministro de Cultura de Brasil, o que tengamos a Serrat en España, con una gran trayectoria”.
      Consideró que, en México, la Trova ha tenido varias generaciones, con algunos momentos de pausa y “truncando” algunos talentos como el de Guadalupe Trillo, Juan Acereto o Álvaro Carrillo, y declaró que, “gracias a la difusión en bares tuvo una mayor expansión, haciéndola más balada pop o romántica”.
      “Sin embargo, me da mucho gusto que existamos jóvenes sosteniéndonos en esa brecha de canción social, no de protesta sino de propuesta para buscar cómo reflejar la realidad y plasmarla en la música”. Respecto a “la otra forma de hacer trova”, dentro de las categorías romántico o balada, mencionó que “cada quien tiene su público y van hallando esa poesía o descarga. Me parece bien que exista y que cada quien elija su expresión preferida según el momento que esté atravesando”.
Las raíces
Comenzando por Cri Cri —el grillito cantor—, posteriormente la clásica, después el metal, Gerardo Pablo comenzó a tener contacto con la música. Enfatizando que nunca lo atrapó el pop, “lo comercial”, como él lo llama: “a través de este camino me surgió la idea de ser cantante”.
      “En casa siempre hubo música, y la trova siempre estuvo presente. Cuando empiezo a madurar también comienzo a comprender la descarga poética, todo el contexto social y eso me hace encontrar toda esa rebeldía y fuerza con la poesía”. Para Pablo, la música, específicamente la trova, lo acercó a la literatura, y de ahí a un mundo de arte, sensibilidad y belleza, obligándose a mirar y apreciar de una forma diferente la vida y, eso es lo que “quiero compartir con mis canciones”.
      “Es muy eclíptico lo que hago, no tengo restricciones en cuanto a ritmos y formas, cada canción es una aventura diferente y creo que me he esmerado mucho en el mensaje de cada melodía”. Pablo asevera que en su proceso creativo la sinceridad es su guía, no lo motiva ser un éxito en la radio o perseguir la fama, sino crear canciones honestas.
      Actualmente, el cantautor continúa con su trilogía “Matria”, cuyo primer disco El circo de las pulgas, haciéndose acompañar de Luis Eduardo Aute hace referencia al rojo de la bandera mexicana. Por su parte, el disco Bienmesabe, que, junto a Silvio Rodríguez y bajo un tono blanco, hace alusión al lábaro patrio y a la gastronomía mexicana. Por último, el tercer material en color verde le sirve como línea de inicio para este 2020.
      “La trilogía está enfocada a que, así como nos han enseñado en la escuela, la patria existe. Tenemos un padre y una madre, y me di cuenta que eso es un culto ancestral que existía, incluso antes de la llegada de los españoles”. Para Pablo, el culto habilita la posibilidad del reconocimiento a la mujer, “que es el origen de la vida, de ella emana lo sensible y la belleza… he hecho canciones para ellas, tratando de honrar y evocar todo eso”.
      Gerardo Pablo afirmó que su pasión es encontrar historias que continúan vivas, traerlas al presente y descubrir la manera de reconocerlas: “La trova está cargada de testimonios de nuestros días”. El cantautor, a través de su música, desea “convertir a quien la escuche en un mejor ser humano, que ese cambio se refleje en un punto de encuentro para mejorar la situación en nosotros mismos. Yo me considero un trovador, un cronista y nada más”.


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