Hasta hace dos décadas, el debate de la cosa pública se limitaba a los espacios determinados para ello en los medios de comunicación masiva. Una situación que vendría a cambiar con la creación y popularización de las redes sociales. Fueron los primeros años de este siglo cuando surgieron las primeras como Linkedln, MySpace, Facebook y otras más. Algunas han perdurado, otras se han ido modificando con el tiempo y algunas más han desaparecido.

A lo largo de 20 años, las redes sociales son el fenómeno digital en este inicio de centuria, ya que vino a abrir los espacios de interacción e intercambio de manera mucho más democrática y amplio entre todos los sectores de la sociedad global.

Gracias a las redes sociales, muchos grupos que antes estaban ocultos en la dinámica social encontraron los medios para hacer valer su presencia, su visibilidad, y en muchos casos, aún siendo minorías, lograron sumar simpatías y ganar adeptos y solidaridad a sus causas.

Hoy ese espacio que consolida la libertad de expresión está en peligro. Hay intentos de pretender controlar tanto el contenido como el flujo de información.

Los pretextos son las “fakes news” y las publicaciones “spam” o no solicitadas.

Sobre el primer factor valdría la pena cuestionarse quién debe ser el depositario de la capacidad de valoración fidedigna o no de la información ¿el medio o el usuario destinatario o lector? El gran valor que las redes sociales impusieron es que la interacción quedaba libre de ataduras o líneas de editorialización del medio que las transmite. Es decir, un espacio para la pluralidad y la completa inclusión ideológica.

Sobre el segundo se justifican algunas redes sociales en la necesidad de establecer un ambiente de paz y sana convivencia en el entorno de interacción de las redes sociales. En casi todas ellas existe la posibilidad del bloqueo, una forma de impedir el contacto entre dos personas, por lo cual cabe la pregunta ¿es necesario que los administradores de la red social impongan coacción de bloqueo por supuesta publicidad no deseada?

Un caso digno de análisis son las reglas que ya algunas redes sociales imponen contra publicaciones que pueden resultar “ofensivas” bajo ciertos criterios subjetivos. Ejemplo de ello, fue el caso de una nota publicada en el portal de Mi Punto de Vista que fue bloqueada por contener una información de contenido desagradable según un criterio que resulta muy subjetivo por la red. La información, en cuestión, trataba de la crónica de un conflicto en una comisaría del estado de Yucatán en México que contenía una imagen de una persona ensangrentada por la agresión violenta que sufrió. Es una nota periodística y la fotografía no se puede considerar alentará un morbo más allá del testimonio de la nota. Sin embargo, para un criterio de una red social el contenido no merecía ser publicado en ella. Pero en otras “post” había desde situaciones mucho más desagradables e inclusive la propagación de retos que atentan contra la integridad física y hasta la vida de otras personas. ¿Por qué ese tipo de información es más pertinente para ser publicada en esa red y no nuestra nota que solo reseñaba una noticia?

Así como ese ejemplo, podríamos poner muchas más situaciones que resultan incongruentes en la forma en como las redes sociales pretenden valorar la información y ejercer coacción para regular los contenidos y el flujo en la interacción digital.

La valoración de la red social no debe estar en manos de la administración del medio, sino en la libertad del usuario de seguir o no a determinados usuarios y contenido. Esto no exenta que pueda existir una vigilancia, entendible y justificada, de impedir tan solo que no se propague información sensible que pueda resultar delitos o apología de éstos. Pero debe ser una excepción, no una regla.

El gran dilema es que con aras de “purificar” las redes sociales los administradores empiezan a coaccionar y castigar la libertad de expresión, lo que pone en peligro el debate libre de las ideas y la interacción plena entre los miembros de una red.

La democratización de las redes sociales vino a impulsar la pluralidad y la inclusión, pero hoy ese proceso está en peligro.

 


Espero que esta publicación sea de tu interés. Me gustaría seguir en contacto contigo. Por lo cual te dejo mis principales redes para dialogar y comentar los temas de interés para la sociedad y nosotros.