Lo que se percibía desde hace algunas semanas el tiempo lo está confirmando: no habrá reinicio de clases presenciales en agosto.

El caso del coronavirus no se ha detenido ni tampoco se ha podido “domar”, ni mitigar o aplanar la curva de contagio. Lo que definitivamente obliga que las escuelas no puedan reabrir de manera segura. Se ha insistido que el sector educativo será el último en incorporarse a “la nueva normalidad” cuando llegue a estar en verde el semáforo, lo que es muy, pero muy lejano.

En estos próximos días, los maestros se reincorporarán por medio de las tecnologías de comunicación a distancia para los trabajos del Taller de Capacitación Intensivo y del Consejo Técnico Escolar (CTE). Ambos están siendo analizados en estos días por los supervisores y directores que serán los encargados de difundirlos en sus propias escuelas.

De este análisis ya se desprenden focos de atención en cuanto a qué se espera de la educación al reinicio de clases. Sobre todo la incertidumbre de no contar con una PROPUESTA PEDAGÓGICA clara y pertinente para lograr los aprendizajes esperados en los estudiantes a distancia.

Al parecer, para la SEP es mucho más importante el maestro ya que centra en la capacitación intensiva la reflexión sobre el estado emocional de ellos. Si bien eso es necesario, para algunos directores queda la duda, que genera mucho más estrés y alteración del estado emocional, que no hay en lineamientos claros de cómo se va a llevar a cabo educación de manera virtual.

El tema no debe subsanarse únicamente con programas de televisión o como dice el secretario de educación federal en un sistema híbrido educativo que combine lo presencial con lo virtual. Si algo ya hemos experimentado los maestros es que la educación por medio de una cámara o de cualquier otro medio a distancia no es igual a la didáctica que se emplea en un salón de clases. No se trata de poner en la casa un pizarrón y dar la clase como si se estuviera en aula.

La educación en línea requiere de mucho más, del uso de estrategias de aprendizaje de aula invertida, de educación basada en proyectos, de habilidades para el autoaprendizaje, la autorregulación y el pensamiento crítico. Puntos con los cuales se llenan de intenciones los buenos discursos pero que no trascienden a las realidades concretas.

Un ejemplo de preocupación son los niños de primer grado de primaria que deben desarrollar las actividades de lectoescritura tan fundamentales para la posterior adquisición de conocimientos. ¿Cómo lo deben hacer desde la comunicación virtual?

Esta falta de contundente decisión y acción de la secretaría ha impulsado día a día que ya exista un cuestionamiento en el seno de muchas familias sobre la conveniencia de que los hijos acudan a la escuela. Por lo menos, en el próximo año escolar, mientras se continúe la contingencia sanitaria del Covid-19 y no se tenga ni tratamiento y mucho menos la vacuna, hay padres que están decidiendo no inscribir a sus hijos. Al final, está primero la salud que perder un año de clase, que eso si se puede recuperar.

El tema es muy incierto. Mucho más por la constante desinformación a que nos ha acostumbrado la secretaria. Un día Esteban Moctezuma Barragán dio a entender que los gobiernos estatales decidirían la forma de regreso a clases, para después decir lo contrario.

Hasta el día de hoy hay muchos huecos. Por ejemplo, no se sabe que va a pasar con el curso remedial, que se decía hace apenas un mes sería una forma de nivelación ante la suspensión inusitada del curso pasado por el arribo del Covid-19. Otro caso fue la sugerencia de que los maestros que impartían el curso continúen con sus alumnos al nuevo nivel. En los hechos, esto no se ha respetado, por decisiones internas de las instituciones y por los cambios geográficos que vienen a modificar ese plan.

Lo que si hay es especulación y algunos comentarios en redes sociales, así como otros documentos supuestamente oficiales porque no cuentan con firma de las autoridades que lo emiten lo que siembra la duda entre la comunidad educativa de cuál es el camino para seguir. Tal pareciera que es la improvisación o la toma de decisiones diarias lo que caracteriza el actuar de las autoridades educativas.

Comenta un director que está bien que se preocupen por la salud mental del maestro, pero es mucho más importante saber qué debe pasar con la educación, la estrategia educativa, el qué hacer con los niños. De eso, no se sabe nada.

 

Boletín de prensa


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