Comer en la Ciudad de México puede resultar muy económico si se sabe dónde encontrar los mejores sitios

 

NOTIPRESS.- La oferta culinaria de la Ciudad de México está marcada por la fusión de migraciones de distintas ciudades del interior y algunos países que han dejado su huella en la variedad de platillos encontrados en las calles, locales y establecimientos de la metrópoli. Otro importante factor es lo económico de sus precios, satisfaciendo las necesidades alimenticias del empleado, el estudiante, el comerciante informal. Aquí cinco opciones que pueden quitarle el hambre y el sueño a cualquiera, con sus deliciosas mezclas de sabores y sus precios, por debajo de los cien pesos.

Para comenzar, están las famosísimas petroleras de Azcapotzalco a unos metros de la estación Refinería del metro. Se trata de enormes garnachas de 20 centímetros de diámetro cubiertas por frijoles refritos, simbolizando el petróleo trabajado en las refinerías de la zona, salsa verde, roja y un toque de queso gratinado, representando los colores de la bandera. Hay quien asegura que con una sencilla como ésta, cualquiera quedaría satisfecho, pero las hay con guisados encima, de esta forma el comensal tendrá una comida completa en un rango de entre 25 y 75 pesos.

Un despistado creerá que el reto de comer 10 de las minigorditas de Miguel Ángel de Quevedo es cosa fácil, pero acabar con 10 gorditas del tamaño de la palma de una mano, se complica cuando se prueban sus cuatro versiones: de papa, de chicharrón, de frijol y de requesón. Con un terminado crujiente, un relleno fresco, mezcla de crema, queso y lechuga, además de su muy cómodo precio de 8 pesos cada una, se puede lograr un festín de sabores por una cantidad muy moderada de dinero.

Cuando la pelea entre si una quesadilla lleva queso o no divide a los mexicanos, cpresentan otro paradigma para categorizar este antojito mexicano tan famoso. ¿Hay modo de imaginar una quesadilla de 60 centímetro de largo, donde se pueden alojar todos los guisados con los que cuenta el local? Estos Machetes reciben su nombre por el parecido que guardan con el instrumento campirano de corte y eventual arma. Con una tradición de varias décadas, se venden en un local sencillo con precios no mayores a los 70 pesos. Gran sabor y gran tamaño, a precio de risa.

En el área de la Basílica de Guadalupe, son famosas las tortas gigantes de la Villa, un puesto de lámina que presume vender las tortas más grandes y suculentas con precios accesibles y hasta sorprendentes. Todas las variedades de tortas típicas de la ciudad reunidas en tamaños desorbitantes, como la de la Torta de tres kilos, planteando un reto formidable: si el comensal logra acabársela solo, hay un premio de 2 mil 500 pesos en efectivo. La tarea no es fácil, tanto, que desde 1967, nadie logra el cometido.

A un lado del metro Xola, en la colonia Moderna, se encuentra la tamalería Domy, un verdadero paraíso para los amantes del tamal. La propuesta es sencilla: más de cuarenta sabores de tamales en hoja de maíz y otros 15 en hoja de plátano. Chipilín, veracruzano, chiapaneco, cerdo en adobo, frijoles con hierba santa, cereza, guayaba, rompope. Una variedad de atoles que desafían el tipo de sabor al que estamos acostumbrados, con propuesta de sabores como sandía, galleta María, masa, avena, ciruela pasa o galleta Oreo.

El local, gobernado en su totalidad por mujeres, no descansa atendiendo entusiastas de su sazón y compradores de paso. Se puede comer muy opíparamente con un poco menos de 80 pesos. Deleite al paladar y la billetera. De esta manera, probar comida típica de la Ciudad de México por menos de cien pesos es posible en estas opciones.

 

 

 


Espero que esta publicación sea de tu interés. Me gustaría seguir en contacto contigo. Por lo cual te dejo mis principales redes para dialogar y comentar los temas de interés para la sociedad y nosotros.