Uno de los sectores esenciales para el desarrollo del país que resultó afectado por la pandemia del Covid-19 a nivel mundial fue la educación. No quedó más remedio que cerrar las escuelas para las clases presenciales y con apoyo de la tecnología, tanto nuevas como la televisión en el caso de México, se intentó darle continuidad al proceso educativo.

La circunstancia evidenció que la desigualdad social sigue siendo un factor que pondera las posibilidades de éxito en el proceso educativo. Aún con las deficiencias presupuestarias y los procesos burocrático-administrativos que entorpecen su eficiente organización, las escuelas como centros educativos disminuían las diferencias y ofrecían en la actividad áulica las posibilidades de desarrollo de los aprendizajes. Lo que, sin duda, al necesitarse de la infraestructura de una televisión que implica no solo el dispositivo sino la cobertura de la señal y, por otro lado, de la internet, el tema se complicó.

Es muy cierto que debemos regresar lo más pronto posible a las aulas, para trabajar en el rezago que se consolidó a partir de la pandemia. Pero ¿existe posibilidades de un retorno seguro para el próximo 30 de agosto como el gobierno federal y estatal, en el caso de Yucatán, lo tienen programado?

Recordemos que para el regreso se requiere de una condición esencial: que el semáforo epidemiológico esté en verde.

Sobre este punto hay que ser conscientes que los yucatecos estamos pasando por una oleada de contagios a pesar de que va muy avanzada la campaña de vacunación. Esto por la distención de los cuidados sanitarios por la misma razón de una aparente seguridad que da ya estar vacunado. Pero también, por la proliferación de variantes que resultan más contagiosas y a decir de los expertos virólogos son la evolución y respuesta del virus Covid-19 ante la vacuna.

Es por ello, que se debe considerar con la fecha de reinicio de clases 30 de agosto el periodo de los 14 días de confinamiento, es decir, no empezar directamente con las clases presenciales sino, por lo menos, dos semanas después y posiblemente algunos días más. Lo que nos debería ya considerar desde ahora un primer mes virtual.

Es necesario enfatizar que los menores de 18 años aun no cuentan con vacuna y hasta el momento no toda la población mayor de 18 años tiene el esquema completo. Además, las variantes contagiosas han encontrado en el sector de los menores el mecanismo de propagación, por lo cual el riesgo de contagio asintomático es mayor.

Además, hay varias situaciones que se deben considerar:

Los recursos materiales que se requieren para la desinfección de los centros educativos, así como de los implementos e insumos para continuar con las prácticas preventivas al inicio, durante y el final de las jornadas de trabajo presencial. Una realidad es que, en muy contadas ocasiones, para no usar el término “nunca” que en realidad es muy conveniente, la secretaria de educación federal o estatal proveen a las escuelas de elementos esenciales mínimos y básicos de limpieza. ¿Lo estarán ahora con todo el material que se requiere para el cuidado de la salud de directivos, maestros, alumnos, padres de familia y todo aquel que entre a una escuela?

Los más irónico es que los maestros que viven esta realidad saben muy bien que esos implementos se consiguen gracias a las “satanizadas cuotas de padres de familia” y recursos que provengan de las tiendas escolares u otras actividades recaudatorias. Durante un año no ha habido ninguna actividad presencial, por lo que no hay recursos propios en las escuelas. Lo que, sin duda, llevaría a los maestros a tener que hacer la adquisición de esos materiales con el dinero del propio bolsillo, lo que no sería la primera vez.

Por otro lado, muchas escuelas hoy cuentan con problemas en su infraestructura desde cablerías en malas condiciones, problemas con el agua en los baños, maleza y otras incidencias que como cada año son un problema y en algunas ocasiones son atendidas más por el colegiado de maestros que por las autoridades al iniciar un curso escolar.

Además, hay otro elemento que parece pasarse por alto. En el otorgamiento de plazas a los maestros de educación básica se ha tenido como regla que se debe aceptar acudir centros laborales foráneos y alejados del domicilio legal o habitual del trabajador de la educación, lo que lo obliga a rentar otra vivienda, en ocasiones un traslado de bienes o mudanza temporal y, en otras veces, a viajar de manera constante a las poblaciones, ya sean en vehículos particulares o transporte públicos, donde se encuentran sus centros de trabajo. Gastos que NUNCA han sido cubiertos como mandata la ley por el patrón, en este caso, la autoridad educativa. Para estos días de vacaciones muchos docentes deben estar buscando casas o resolviendo el tema de sus traslados. ¿Cómo lo pueden hacer si aún hay incertidumbre sobre el tema?

Por lo tanto, más allá de querer aparentar que todo va bien para el retorno a clases seguro para el próximo 30 de agosto, las autoridades educativas, deben ya PLANTEAR UNA POSTURA CLARA Y CONTUNDENTE, considerando todos estos factores operativos y característicos de nuestro sistema educativo público, para dar certidumbre al inicio del próximo ciclo escolar.

No están dadas las condiciones, para que este 30 de agosto, regresemos a las aulas. Por lo menos, durante el mes de septiembre para evaluar los efectos de propagación de las peligrosas variantes del Covid-19 y de las jornadas de vacunación.

AL CALCE. El presidente afirmó que el regreso a clases era necesario ya que los niños se están acostumbrando más a los videojuegos. Cuando se suspendieron las estancias infantiles el presidente destacó que los abuelitos y padres podían mejor cuidar a los infantes. ¿El Covid-19 le enfrenta ahora la realidad que no es posible el cuidado y resguardo de menores de edad en el seno del hogar?

 

 

 

 


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