Se entiende que para octubre de 1968 la condición de comunicación de la población era muy limitadas, por no decir nulas, en comparación de la actualidad. Basto con el corte de las líneas telefónicas y electricidad para aislar una parte de la Ciudad de México alrededor de la Plaza de las Tres Culturas. Así se ha plasmado en la denuncia popular e histórica sobre la matanza de Tlatelolco.

Hoy existen las redes sociales y una capacidad cada vez mayor en la población para el registro y conservación de testimonios en video, audios e imágenes de lo que sucede en la sociedad. Los registros digitales nos permiten seguir patrones de llamadas. No hay mucho que esconder en este mundo tecnológico.

Desde hace dos años el tema de Ayotzinapa ha estado en la opinión pública. Una situación que se extrapolo de una situación municipal a ser la bandera mundial del antipríismo, antigubernamental y anti Enrique Peña Nieto.

¿Quiénes eran los hoy desaparecidos de Ayotzinapa?

Eran estudiantes de una escuela normal que tenían el objetivo de recaudar camiones para el traslado de manifestantes a la marcha tradicional de “el 68 no se olvida”. Fueron estudiantes de primer año, que como tradicional novata fueron los elegidos para lograr conseguir los camiones que se necesitaban.

De lo que paso después queda en la duda. Lo que parece coincidir es que se trató de una confusión que termino de forma mal. En lugar de ser tratados como simples manifestantes que secuestraban camiones por la autoridad municipal, los cuerpos se seguridad los entregaron a sicarios de la delincuencia organizada. Lo que paso después es un misterio, un auténtico enigma.

De forma oficial se determinó que los cuerpos fueron “desaparecidos” en el basurero de Cocula. Estudios en instituciones europeas serias han encontrado coincidencia de un resto humano encontrado en ese lugar con uno de los estudiantes. De los demás no hay certeza.

En correspondencia a la demanda de esclarecer y encontrar la verdad histórica, el gobierno mexicano permitió la incorporación de un Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) vinculados con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para analizar el expediente de investigación. La PGR puso a disposición de cualquier mexicano el expediente digital completo en una página de Internet. Ejemplos de transparencia de información en un tema donde se ha acusado constantemente de opacidad del gobierno.

De la actuación de GIEI se he dicho igualmente mucha información polémica. Se afirmó, por ejemplo, que el gobierno se niega a permitir que el ejército sea cuestionado por este grupo de expertos. También que habían llegado a la conclusión de que, en esos días por la situación climatológica era imposible el incendio en el basurero de Cocula. Tampoco había, decían las notas, que existe una evidencia de que los restos habían sido efectivamente encontrados en mencionado basurero.

El día de ayer, en el periódico El Universal, el periodista Héctor De Mauleón publica una opinión pública con el título “El GIEI no quiere interrogar al Ejército”. Carlos Berstain, un miembro del GEIE, entrevistado por el autor de la publicación, afirma que – “Algunos han sostenido que queremos interrogar al Ejército. Nosotros (por los expertos del GIEI) no hemos pedido eso” – como también – “Tampoco hemos dicho que no hubo un incendio en el basurero de Cocula”. Inclusive se escribe – “Tampoco hemos señalado al Ejército como involucrado en los hechos”.

Información que viene a desmentir el contenido de varias fuentes de información que entonces han usado el GIEI como un botín político y denostar contra el gobierno mexicano.

¿Quiénes son esos “algunos” que han afirmado y divulgado hechos y situaciones diferentes de lo sostenido por el GIEI?

O mejor aún ¿cuáles son los motivos para “usar a modo” las declaraciones e interpretaciones para denostar contra las instituciones del Estado mexicano?

Los señalamientos de tergiversación de las declaraciones han puesto al GIEI en medio de una guerra mediática que tiene marcados tintes políticos. Al parecer no se trata de encontrar la verdad histórica que contraiga las consecuencias legales, sino de mantener encendida la llama de discordia y el encono social.

El asunto dado a conocer no es de menor importancia.

 

Artículo de Héctor de Maulón “El GIEI no quiere interrogar al Ejército” http://www.eluniversal.com.mx/entrada-de-opinion/columna/hector-de-mauleon/nacion/2016/03/10/el-giei-no-quiere-interrogar-al


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