Desde los inicios de la civilización se considera a la familia
como parte medular de la sociedad. Es toda una institución social que tiene como
misión ser la primera escuela de vida, lo que la convierte en un pilar y
fundamento de la sociedad misma. En la familia se tienen los primeros
aprendizajes en los valores y actitudes que propician la interacción social
entre individuos.

En otro sentido, la sociedad actual plantea muchos retos a
la humanidad. El dinamismo social es vertiginoso en la velocidad en como se
imponen los cambios en las estructuras de vida humana y de organización social.
Esto nos afecta sin poder remediarlo por completo. Estamos sujetos a los cambios
teniendo solo en la capacidad de adaptación la forma de ir lo más acorde con los
retos que se nos presentan.
Algunos han afirmado, que el avance en el mundo
tecnológico que afecta la esfera social, crea un vacío en las mentes y
sentimientos del individuo. Abrumados por observar lo que ante nuestros ojos
pasa como película en gran velocidad, nos quedamos inmutables y sin
reaccionar.
Como consecuencia de ese inmutismo y letargo en la acción
perdemos la capacidad reflexiva que nos permita darnos cuenta lo que perdemos,
de lo que podemos rescatar, acrecentar o eliminar de los cambios que se
presentan.
Hay quienes hoy afirman que las tareas y fines de la familia, así
como su constitución o estructura cambian a consecuencia de ese dinamismo actual
de la sociedad. Hay quienes quieren reinventar el concepto buscando en las
formas alternativas las justificaciones que avalen la existencia de las mismas.
Otros abogan por la desaparición de la misma, de las normas, responsabilidades y
compromisos que en antaño se reconocían como inherentes a ella. En términos
generales, hablar de familia, para quienes sostienen las anteriores posturas, es
hablar del pasado, que no fue mejor como lo es el presente
Lo que es cierto,
y hasta cierto punto irónico, que el hombre o mujer, son los únicos seres de la
naturaleza que han podido crear sistemas de pensamiento complejo, superior a las
otras especies animales; sin embargo, en los primeros años, se hace necesario
que para su sobrevivencia dependa de otros.
En el entorno familiar el
individuo nace, crece, se desarrolla y muere. Es ahí, en su seno, donde  se da
la procreación que es importante para la conservación de nuestra especie. En
ella aprendemos las habilidades primeras para superarnos estadios de desarrollo
físico y mental. En edades maduras, en la familia encontramos resguardo, amor y
cariño,
Esta dependencia inicial de los seres humanos hace que la familia no
pueda perder su importancia en la organización social. Es solo uno de los
argumentos que hacen válido, hoy en día, hablar y continuar defendiendo a la
familia. Es necesario rescatar dentro de todo el dinamismo social que nos
abruma, los elementos esenciales, que como tal, son inmutables y dan el
fundamento conceptual y vivencial de las familias.
Propongo en hacer juntos,
por medio de estas páginas, el análisis reflexivo de lo que podemos hacer por el
bien de la familia. Estoy seguro que juntos, y con el posterior compromiso de
todos, podemos RESCATAR LA ESENCIA DE LA FAMILIA, y con ello,
el futuro de nuestra sociedad.

Revista Ser familia. Año1. No. 3. Junio 2006

 


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