Para conmemorar y recordar la implementación del nuevo Sistema de Justicia Penal en el Estado de Yucatán que entró en vigor el 15 de noviembre de 2011, a costado del acceso principal al Palacio de Justicia, sede del Poder Judicial del Estado de Yucatán, se encendió una flama que encendida es un símbolo que en Yucatán hay justicia.

Sin embargo, el día de hoy, sin poder precisar desde hace cuanto tiempo, dicha “antorcha simbólica” de la justicia en Yucatán está apagada. Justo ahora que se celebra en las instalaciones del Poder Judicial el 8o. Concurso de Litigio Oral Universitario, la competencia que busca consolidar la formación de habilidades relacionadas con los juicios orales en los estudiantes universitarios de Yucatán.

¿No es acaso esto una mala señal del compromiso institucional de mantener encendida la “flama de la justicia”?

Como en cualquier institución hay símbolos que como tales encierran significados importantes. Son las señales que nos dan una identidad y orientación.

Parecería que para el Poder Judicial del Estado de Yucatán no le interesa mantener encendida la flama de la justicia, el compromiso de seguir trabajando con esfuerzo y dedicación en la procuración e impartición de justicia.

La presidencia del Tribunal Superior de Justicia, bajo la titularidad del Dr. Marcos Celis está obligado a volver a encender el fuego simbólico de la Justicia en un acto protocolario, así como ha sucedido en otras partes del mundo cuando símbolos como estos han sido apagados.


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