Muy atrás
quedan sus intenciones de gobernar para todos, sin distingos de
partidos. César Bojórquez representa la imagen del totalitarismo
imperial que no acepta solo que lo que su razón dice, lo que importa es
solo lo que él piensa. No escucha ni da crédito a las opiniones, mucho
más si son para contradecirle, para mostrarle un camino distinto de lo
que él supone y está convencido que es el camino correcto.

 

Es por ello que
sin miramiento se deja tomar la foto con el secretario de gobernación,
Juan Camilo Mouriño, acompañado de la senadora Beatriz Zavala para
hablar de las inversiones a favor del desarrollo de Mérida, cuando no
hizo caso del reclamo de vecinos del norte por la construcción, fuera
de normatividad municipal, de una gasolinera de la familia del Camilo
Mouriño: protección de los intereses económicos ajenos.

 

Ahora arremete
contra la Comisión Metropolitana de Yucatán con una controversia
constitucional presentada en lo oscurito, por debajo de la mesa. No
consulta al órgano de gobierno del Ayuntamiento de Mérida, es decir el
Cabildo, conformado por todos los regidores de su mismo partido y de la
oposición. Con la mayoría relativa a su favor, los “cónsules” del
imperator no tendría ningún problema de ceder a sus caprichos, pero
evidentemente, le temió al enfrentamiento mediático, el cara a cara con
la ciudadanía, donde sería derrotado por la incongruencia y sinrazón de
la medida.

 

¿Qué dicen
ahora los consejeros técnicos de la COMEY panistas de lo que hace al
Alcalde de Mérida? ¿Descalifica con esta controversia constitucional su
trabajo y su compromiso de trabajar a favor de solucionar las múltiples
desigualdades sociales en la zona con urbana que rodea a Mérida?

 

¡Ah caray! ¡Qué alcalde meridano tenemos!

 

II. En el fin
de semana pasado, mientras hacía mis compras caseras, observe como una
persona hacia lo mismo con suma preocupación. En un momento me
sorprendió que por celular, con un tono de alarma previniera a otra
persona que la entrada del huracán resultaba inminente y que hacerse
uno de las provisiones necesarias para salir adelante en la
contingencia atmosférica.

 

Es cierto que
estuvimos cerca, pero al final estuvimos muy lejos. Pero la anécdota
nos demuestra cómo hay gente que aún con toda la información se deja
llevar por impresiones incorrectas y falsas.

 

En Yucatán, en
los últimos días, hemos soportado noticias que no estábamos
acostumbrados a escuchar cotidianamente. La Gobernadora del Estado ha
reconocido que el sistema de seguridad se encuentra en una crisis con
la aparición de los 12 decapitados, pero el llamado y las acciones para
recuperar el ambiente de tranquilidad se están haciendo. La gente está
participando, aunque no con mucho gusto con el caso de los polarizados,
si con el compromiso de cumplir con el esfuerzo de las autoridades para
salir del estado de shock que nos provoco la noticia.

 

Pero de ahí a
decir que estamos en una zona insegura … hay mucha diferencia. No hay
lugar a los sentimientos de no querer salir de nuestras casas por temor
a la inseguridad. Hoy podemos tener la confianza de estar transitando
en las calles de Mérida como siempre, en los últimos tiempos, lo hemos
hecho.

 

Claro que
tampoco podremos estar a los niveles de nuestros abuelos cuando la
gente podía dejar las puertas de la casa abiertas. Ya somos una ciudad
moderna y global. Hoy suceden cosas que antes no pasaban, propias del
crecimiento urbano y social, e inclusive, migratorio.

 

Tenemos que
tener calma. Siendo críticos de la información para no alarmarnos más
de lo necesario. Continuar nuestra vida, más si no tenemos nada que
temer, que aún podemos decir que los grandes males de inseguridad que
hay en otras entidades esperamos nunca lleguen a ser la noticia en
Yucatán.


Espero que esta publicación sea de tu interés. Me gustaría seguir en contacto contigo. Por lo cual te dejo mis principales redes para dialogar y comentar los temas de interés para la sociedad y nosotros.