Morena parece ser el epitafio de la izquierda mexicana, por lo menos en lo que se relaciona con el PRD. No solo por las encuestas que se han dado a conocer sino también por los resultados que se han obtenido en los procesos electorales recientes. Yucatán, un estado tradicionalmente bipartidista hay una presidencia municipal, regidores y hasta un diputado federal morenista.

En la última semana se han dado escisiones en las filas del PRD nacional, especialmente del senador Miguel Barbosa que resulta el coordinador del partido del sol azteca y que expresado su intención de apoyar con todo a Andrés Manuel López Obrador en su tercer intento de conseguir la presidencia de la República. Hay otros funcionarios de la administración de Mancera que igualmente se toman la foto y expresan las simpatías a favor del ex líder priista tabasqueño.

Atrás está quedando el llamado de Cuauhtémoc Cárdenas para la lucha por el poder por la vía democrática aglutinando en una sola fuerza a todas las vertientes de la izquierda mexicana. Esto después del fraude electoral denunciado por el Frente Cardenista de Liberación Nacional en las elecciones de 1988, cuando el sistema se cayó por las órdenes de Manuel Barlett, hoy un flamante senador afiliado a López Obrador.

Y es que, en la lucha democrática, al líder morenista no le importa dar el perdón a políticos priistas que en tiempo atrás el mismo acusaba de corruptos. Como sumo sacerdote, el mesías de la salvación de México, les perdona sus pecados por el simple hecho de renunciar al PRI y mostrar lealtad al también ex priista hoy vestido de morena.

¿En dónde quedo el discurso contra las instituciones y los delincuentes de cuello blanco?

¿Acaso va a perdonar AMLO los excesos empresariales que tanto ha acusado y que hoy por conveniencia económica parece ya no importar?

AMLO no tiene ideología política congruente. Es un político formado en la vieja escuela priista. El compuso un himno para el PRI cuando era líder del tricolor en Tabasco. Se unió a la corriente crítica para encabezar el movimiento que propuso a Cárdenas a la presidencia. Fue líder del PRD. Cuando vio que ya no fue rentable el partido del sol azteca fundó su propio partido.

En pocas palabras un hombre que ha sabido vivir del sistema político. Que ha hecho carrera a costa de los partidos políticos. No es antisistema como algunos quieren catalogar para homologarlo al fenómeno Trump.

El problema es que mientras todo esto pasa, el PRD parece estar de salida en la oferta política de México. Sus líderes emigran hacia otros lares, especialmente seducidos por Andrés Manuel López Obrador.

¿Qué alternativa queda para México?

Es claro que si hoy fueran las elecciones el camino parece ser fácil para López Obrador. Sin embargo, aún no empieza el clima de confrontación directa propia de una campaña política.

No hay definidos ninguno de los candidatos opositores de AMLO. Muchas cosas pueden cambiar. Las encuestas no tienen hoy la última palabra.

Mientras tanto … AMLO es un peligro para el PRD.

 


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