Se podría esperar que un quinto año de un régimen de gobierno sexenal debe ser de la consolidación política. Mucho más cuando para el último las fuerzas políticas y la sociedad se concentran en el tema electoral.

A inicios de este sexenio se enfocó en la transformación de México. Un intento por reformar los marcos legales e institucionales para sacar al país de una inacción que había tardado alrededor de 20 años, que ni los gobiernos del PAN habían logrado superar. De tal modo se reformó varias materias del sistema político, social y económico de México. Al mismo tiempo se anunciaban grandes beneficios para los mexicanos. Aunque se reconoce que algunas de esas modificaciones ayudan a que la crisis mundial no tuviera aún un gran impacto en la economía macroeconómica, la solución de llevar esos beneficios al bolsillo de las familias aún es tarea pendiente.

2017 empezó mal con el gasolinazo y termina sin que la liberación del precio de la gasolina se traduzca en una competencia que reduzca su costo. La delincuencia organizada no para y las muertes en las tierras calientes aún se mantienen en indicadores altos. También fuimos testigos de los procesos de varios gobernadores “ratas” que se sirvieron del erario para enriquecerse.

Todo lo anterior ha producido un hartazgo social en contra de la clase política y del gobierno. Bajo este contexto estamos ya adentrados en un proceso electoral que además de ser competitivo, las decisiones cupulares, por no decir el “dedazo”, son condiciones para candidaturas flojas, que no convencen a la militancia y corren el riesgo de no prender en los electores.

A esto deberá sumarse la guerra sucia. Hoy como nunca las redes sociales y las “fake news” tendrán un papel fundamental en la forma en como se conducirán las campañas. El peligro es caer en los juegos de perversión y manipulación de información por la incapacidad de análisis y comprensión crítica de la mayoría de la población.

Hoy todos tenemos un gran reto para el 2018.

A pesar de todos los inconvenientes es una realidad que los mexicanos tenemos que impulsar la democracia en el país con la participación efectiva en el proceso electoral.

Por su parte los partidos políticos y los candidatos deberán ser muy claros en cuando al análisis de la realidad y las propuestas que surgen para abatir los rezagos sociales. Sigue habiendo pobreza en el país junto con una gran desigualdad social y económica. El tema de la corrupción y el “gandallismo” sigue molestando a los ciudadanos.

Los ciudadanos no podemos quedarnos atrás. Deberíamos ser los impulsores de los valores y principios de la rendición de cuentas y la transparencia en los actos de gobierno. Asumir una postura crítica en lo que se requiere para solventar nuestros rezagos.

Pero todo parece entonces un mundo ideal. Una auténtica utopía. Pero se vale no solo soñar, sino proponerlo para ver si cada día podemos ser más los que nos comprometamos a vivir un auténtico proceso de mejora política para este 2018. Un año que nos trae el reto de tener que decidir entre la oferta de candidatos quién debe asumir el cargo público.

 

AL CALCE. Independiente de todo lo anterior, hoy es un día especial para la reflexión, la formulación de buenos propósitos y los buenos deseos para todos. Así que con el agradecimiento de su preferencia en este 2017, les envío a todos ustedes lectores de Mi Punto de Vista la mejor vibra para este 2018. Que sus mejores deseos y propósitos se cumplan, disfruten de la vida y la compañía de sus seres queridos.


Espero que esta publicación sea de tu interés. Me gustaría seguir en contacto contigo. Por lo cual te dejo mis principales redes para dialogar y comentar los temas de interés para la sociedad y nosotros.