Estamos inmersos en un tiempo de abierta comunicación. La interconectividad que nos permite la tecnología nos abre las fronteras a todo tipo de expresiones y a un intercambio muy fluido de las ideas. Tanto que hoy es posible expandir lo que pensamos, creemos y concebimos.
Alvin Toffler, uno de los estudiosos de la sociedad y de la evolución humana precedía desde la década de los 70’s del siglo pasado que el hombre viviera una etapa de deshomogeneización, por llamarlo de una manera. En su manera de ver el rumbo de la sociedad se percata de que los medios de control social se romperían ante el avance de la tecnología para abrir a los individuos y las expresiones minoritarias una forma de entender el mundo desde una perspectiva individualista, sin caer en paradigmas que aglutinarán a los individuos.
Por ello no nos extrañe muchas expresiones individualistas y causas de grupos minoritarios que se imponen ante una gran mayoría, provocando desafíos a los sistemas democráticos que no están exentos de controlar a la sociedad para los fines de un sistema político que se mantiene bajo la simulación de lo que quiere la masa de la población.
¿Cuál es el papel de nosotros dentro de este desafío?
Parece que los medios que se hicieron para acercarnos más, hoy se vuelven contra nosotros por la complejidad de los textos y la oportunidad de denostación expansiva del comentario malicioso o mal intencionado en las redes sociales. Este es un fenómeno de comunicación que debe ser analizado y entendido.
Es por ello que, si verdaderamente queremos construir una sociedad más humana, no debemos perder la oportunidad en humanizar las redes sociales y todos los espacios de intercomunicación que la tecnología nos permite.
¿Qué nos cuesta de vez en cuando emitir en nuestros espacios personales de frases bonitas cortas? ¿Para que usar las redes y los medios de comunicación solo para insultar, denostar o descalificar a las personas?
Propongo rescatar el proceso comunicativo respetado a las personas que nos rodea, conocidos o no, amigos reales o virtuales. La expansión de la realidad parte de nuestra propia realidad. Lo que uno escribe es lo que uno procesa. De tal manera, que mientras más mensajes positivos enviamos, más buena vibra sembramos en el mundo.
Esto no significa que no podamos igualmente hacer patente la tristeza. Sin duda como humanos la alegría y la tristeza es parte fundamental de la experiencia de vida. Solo que valdría la pena saber redactar un sentimiento humano como la tristeza con frases tristesque no solo con ingenio no terminen no solo expresando lo que uno siente, sino también, se termine de respetar a todos los demás integrantes de nuestras comunidades. Al final cada uno es responsable de lo que nos sucede y aunque necesitamos de los demás para superar estados de ánimos adversos, nadie puede asumir y hacer suyos los sentimientos negativos de los demás.
Es por ello que debemos saber humanizar las redes sociales para comunicarnos mejor los sentimientos, sin menospreciar a nadie, ni faltar el respeto de los demás.


Espero que esta publicación sea de tu interés. Me gustaría seguir en contacto contigo. Por lo cual te dejo mis principales redes para dialogar y comentar los temas de interés para la sociedad y nosotros.