Como olvidar los años de estudiante. No solo por la escuela misma, la que en
muchas ocasiones era más aburrida que los canales de televisión nacional, sino
por las verdades que día a día me ayudo a describir.

A reconocer los ojos amorosos y las sonrisas picarescas de los primeros
amores, así como también el dolor en las desilusiones.

A darme cuenta del significado del orgullo que se siente en la nota
aprobatoria, aunque sea la mínima, lo necesario para no reprobar la asignatura.

También el valor del sacrificio, cuando inevitablemente se recibe el castigo
rigoroso por reprobar asignaturas, o cualquier otro reporte, producto de alguna
travesura, que sin ser malicioso solamente eran motivadas por el sentido de la
aventura.

En la escuela aprendí el sentido de la amistad, tan fuerte e intenso en los
aquellos años, donde importaba más la lealtad por la lealtad misma. Nunca solo
…siempre en pandilla. Pandilla que muchas veces prescindió de asistir
puntualmente a clase al intercambiar con una visita al cine o simplemente
platicas sin sentidode cualquier porquería caminando o sentados en la banca de
algún parque.

Los años de estudiante son difíciles de olvidar. los mios tengo grabados en
el pensamiento y sentimiento. Son parte de mí existir.

 

 


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