Con el advenimiento de lo digital no hay duda que llegó también el hackeo y la piratería. Algo que siempre ha existido, pero que se evidenció de forma exponencial con los servicios electrónicos. Desde programas, aplicaciones, películas y audios no han podido escapar de los “respaldos” que se ponen a disposición para miles de usuarios con un precio mucho más rebajado que los originales y de calidad clonada, es decir, la “calca perfecta”.

Lo más curioso es que las empresas que se dicen afectadas por la violación a los derechos de autor se quejan y manifiestan que los “clonadores” o “piratas digitales” se llevan las grandes ganancias, millonarias mientras estás sufren de enormes pérdidas.

Aquí viene un razonamiento que vale la pena analizar. Hace unos 10 años cuando salía un nuevo DVD de película se cotizaba a veces en precios de 600 a 800 pesos la unidad. En el mercado negro o pirata se podía conseguir una copia con buena calidad en apenas 10 o 20 pesos. Las empresas entonces decían que no era justo. Que con el precio se garantizaba el pago de todos los que ahí trabajaban para lograr ofrecer el producto. Sin embargo, la piratería no fue en detrimento hasta el punto de que compañías de películas empezaron a bajar los precios de películas originales. Hoy se puede conseguir copias originales, vendidas en tiendas departamentales en 40 a 100 pesos. De forma electrónica y se puede comprar versiones digitales para ser vistas en la red desde 40 pesos.

En estos días se ha dado a conocer del triunfo de Roku contra una resolución a favor de Cablevisión que impedía al primero su comercialización en el país. Roku es un servicio de distribución de contenido digital que puede ser adquirido por un precio que va desde 900 hasta 4,000 pesos con el cual se puede acceder a contenido televisivo, serie y películas desde Internet. No todo Roku es ilegal. Desde el mismo aparato se puede acceder a contenido previamente pagado en servicios como Netflix o Cinepolis.

Pero como “todo hay en la viña del señor” también hay opciones para adquirir contenido de canales exclusivos, estrenos anticipados de películas, programación de pago por eventos hasta canales pornográficos exclusivos. Todo a un precio mucho menor del contratado en la cualquier compañía de televisión por paga.

Si nos regresamos al inicio de la argumentación de este artículo, si no se desea que se reproduzca un CD, DVD o Blue Ray ¿por qué se venden los dispositivos grabadores?

¿Por qué no mejor le entran las grandes compañías de televisión por paga en el mercado de la distribución digital de contenidos con mejores ofertas y bajos precios?

La digitalización ha venido a cambiar la forma de hacer negocios sobre todo en la industria del vídeo, del audio y ahora en la televisión.

Las grandes compañías de televisión no han entrado en el proceso de interiorización de los cambios y se cierran entonces a los nuevos mercados digitales que van en aumento.

La nueva forma de combatir la piratería no es prohibiendo o censurando. Al contrario, valdría la pena que se abran más a la posibilidad de participar dentro de esas mecánicas, ofreciendo nuevas alternativas para que entonces puedan aprovechar las millonarias ganancias que aducen ganan los “piratas modernos”.

Están viendo en donde está la abundancia y en el absurdo no quieren participar en ella por conservar es espacio de poder económico que cada vez se les reduce poco a poco.


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