En estos días predomina, en el escrutinio de las jornadas electorales, el cuestionamiento a la decisión del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación que permite el registro de la candidatura independiente de Jaime Rodríguez Calderón, alías “El Bronco”.

Los detractores y algunos expertos sostienen una crítica contra los magistrados del tribunal por conceder un registro ante una cantidad de fallas en la captura, supuestamente de credenciales falsas o no válidas para el proceso de captura de firmas de apoyo. Lo que constituiría una práctica inadecuada que mina la confianza institucional del ahora candidato presidencial independiente.

Sin embargo, más allá de esos cuestionamientos, lo que nos permite darnos cuenta esta resolución del máximo tribunal electoral es que la autoridad en la materia, es decir el INE, no nos pudo garantizar la certidumbre y la garantía en un proceso de recolección de firmas.

Supuestamente, desde el momento en que se capturaba una firma de apoyo se tomaba una serie de datos y la captación gráfica de la credencial para votar. Si algo se quejaban inicialmente los candidatos y sus asistentes era la lentitud en el proceso que supuestamente hacia una validación de la captura para que se ingresará al sistema. De forma puntual, a lo largo del proceso de captura, se fueron dando a conocer el número de firmas recopiladas. Parecía que todo funcionaba bien.

Pero en la revisión de la revisión, el INE se da cuenta de que le metieron “goles” con credenciales falsas o no válidas, que se capturaron inclusive credenciales que no eran del instituto electoral, datos de personas fallecidas que pasaron por encima de reglas mínimas de validación en la captura. Toda una serie de anomalías que una aplicación que nos costó a todos los mexicanos no pudo detectar e invalidar en primera instancia.

¿Cuántas operaciones o transacciones no se hacen por medio de aplicaciones de celulares que no ocasionan tantas molestias a proveedores de servicios y clientes?

Hoy es fácil desde un celular consultar, por ejemplo, lo que se debe pagar en servicios públicos y privados como pago de derechos, agua, luz y hasta transferencias de televisión de paga y otros más, con la completa seguridad de que los procesos son adecuados, eficaces y efectivos.

Lo que nos debe preocupar es que la autoridad no pudo, con el proceso de recolección de firmas, garantizar la limpieza del proceso. Si alguno de los candidatos lo aprovecharon, es una situación que los ciudadanos deberemos evaluar al momento del voto. Pero supuestamente la tecnología debió ayudar a que esto no sucediera.

El proceso de apoyo dejo muchas dudas que hoy revientan contra el propio instituto que se percibe entonces vulnerable ante malas prácticas. Si supuestamente el INE es la autoridad que, como tal, tiene la facultad y la obligación de garantizar que los diversos intervinientes se conduzcan con honestidad y probidad, hoy quedo disminuida y enmarcada en la incompetencia para conducir el proceso por la rectitud de la norma, del Derecho y la ética.

Como base de la sentencia emitida a favor de Jaime Rodríguez, alias “El Bronco”, la revisión que hace de las firmas rechazadas subsanó las deficiencias y se revalidaron más de una decena de millar. Lo que nos ocasiona ya la presencia de una duda razonable que, si se tuviera más tiempo para una revisión minuciosa, el rechazo del INE a firmas de apoyo sería muy evidente.

Por lo cual, ante la preponderancia del derecho por encima de la duda razonable, aunado al fracaso de una aplicación que no dio certidumbre y seguridad jurídica, el tribunal electoral decide preservar el derecho a ser votado de Jaime Rodríguez.

Evidencia la ineficiencia e ineficacia de la autoridad electoral en el proceso de las candidaturas independientes que supuestamente vendría a reforzar y consolidar a la democracia mexicana, pero que en la realidad, ha venido a mostrar la fragilidad del sistema político y electoral que continua privilegiando a los partidos políticos por encima de una participación ciudadana amplia.


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