Inició una nueva mesa de negociación del Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Canadá y México. Al final de la tercera mesa en lo que se conoce como la renegociación del TLCAN se presentaban tensiones por la propuesta del gobierno norteamericano de proteger su producción nacional agrícola. Supuestamente un tema avanzado, pero que representa un escollo en lo que es una clara intención de desbordar la negociación para pretextar la administración de Trump la caída del Tratado de Libre Comercio.

En el momento previo se ha mencionado la posibilidad de que México se retire de la mesa de negociación si las condiciones intransigentes de Donald Trump se imponían sobre la razón de una negociación económica. Bien sabemos que el presidente norteamericano se distingue por sus ocurrencias en Twitter.

Al inicio de esta cuarta mesa de negociación no ha sido la excepción. De facto comenzó bajo la amenaza de Trump de retirarse si el tratado de libre comercio no es favorable a los intereses de los Estados Unidos. Previo a todo esto se ha mencionado que la Cámara de Comercio de aquel país tiene la intención de presentar ante el poder judicial norteamericano un recurso o demanda para evitar que se tomen drásticas salidas.

Por su parte en México también se ha dicho que es mejor quedarnos fuera por los dos años que le quedan al gobierno de Estados Unidos y apostar el regreso con una nueva administración, dando por sentado que el difícil la reelección de Trump. Entretanto se mantendría las condiciones comerciales con Canadá y la aplicación de las reglas de la OMC. Aunque también hay que precisar que para Donald Trump nada le convence y ha demostrado una animadversión igualmente al principal órgano rector de la economía mundial.

Lo que sí es bien cierto es que vale la pena darnos cuenta de la recurrencia cíclica del tema de México, el TLCAN y el muro en momentos de dificultad en la administración de Trump. La semana pasada no le fue bien a la administración yanqui por el tema de Puerto Rico, por la polémica en contra de la isla, un estado asociado y dependiente de los Estados Unidos. Ni la presencia del presidente norteamericano resulto efectiva para remediar el asunto. La imagen de un Trump lanzando papel higiénico a los damnificados demostraron al mundo la insensibilidad de un mandatario ante la tragedia.

Entonces Trump ha recurrido nuevamente al tema de salvación: tirarse en contra de lo mexicano en la fobia que nos tiene y enmarcado en las tensiones de la renegociación del TLCAN.

Esto no significa que México tenga que aceptar los berrinches ni las ocurrencias de la administración de Trump. El libre comercio es una realidad que es necesaria para ambos países. Obedece a la exigencia de un mundo cada vez más global y abierto, que transciende fronteras y alía a los pueblos en torno de las relaciones comerciales.

 

El camino no es sencillo. No se puede subestimar las ocurrencias de Trump al que le queda el tema de México como una salvación de una administración cada día más débil.


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