No hay duda, el calendario grillero rumbo al 2018 está abierto. Esto no depende de la publicación o no del calendario electoral de las autoridades competentes federales o estatal. En la lucha interna de nombres y apellidos de los suspirantes por la candidatura a cargo de elección popular lo que distingue estos tiempos políticos.

El pasado fin de semana, en la entidad se dieron tres acontecimientos que involucraron a las principales fuerzas políticas del país. La visita de Margarita Zavala en franca competencia por la candidatura presidencial del PAN. La firma de un acuerdo político convocada y encabezada por Andrés Manuel López Obrador y su reciente partido Morena. Por último, la Asamblea Estatal del PRI que ante 12 mil militantes se llamó al trabajo unidos y con entusiasmo para garantizar el modelo de desarrollo que se ha implantado en la última década en Yucatán.

En los primeros casos se discutió en las redes sociales el asunto del acarreo. Se publicaron fotografías de camiones a disposición de panistas para asistir al evento de la esposa del ex presidente Felipe Calderón. Así como también se señalaba que no se logró llenar el auditorio, lo que concluye una falta de convocatoria para quien aspira seriamente a ser candidata a la presidencia por el blanquiazul. Para el caso de Morena un simpatizante convocaba a la gente que quisiera asistir a un “traslado solidario”. La forma políticamente correcta al estilo morenista de llamarle a una práctica de organización y logística que tiene un sello priista.

Más allá de ese tema del acarreo que todos los partidos hacen para asegurar la asistencia de los simpatizantes, hay otros temas de mayor relevancia que tienen que ver con el análisis de las propuestas, las ideas y proyectos que los ahora aspirantes nos empiezan a dar a conocer.

En el caso del PAN hay hasta ahora tres “suspirantes”. Margarita Zavala, Ricardo Anaya y Rafael Moreno Valle. El problema con Anaya es que desde su posición de presidente del comité ejecutivo nacional del partido se convierte en juez y parte. Algo que Margarita Zavala ha señalado con mucha pertinencia y contundencia. Una situación que no permite al partido darle una certeza legal de imparcialidad que una dirigencia de partido necesita para darle legitimidad a la decisión y apoyo al candidato que el partido elija. Mal para la dirigencia estatal y hasta municipal la marcada ausencia para recibir y darle la bienvenida a Margarita Zavala. Se entiende que tenga a su preferido por lo no quieran quemarse con el contrario. Pero es importante que quienes son al final los líderes de todos los panistas se perciban abiertos con la competencia electoral interna. Es la mejor manera de no romper con la unidad de la organización política rumbo a un proceso electoral de suma importancia.

Por su parte, Morena parece que está haciendo bien las cosas. Con el escaso margen de diferencia con el ganador en el Estado de México es claro que continúa careciendo la estrategia de Andrés Manuel López Obrador de la defensa del voto durante y después de la jornada electoral. La convocatoria de firmar con organizaciones sociales le permitirá al partido contar con una plataforma o base que le permita la mayor cobertura para cubrir al enorme ejército que se requiere para la jornada electoral.

Al PRD, desplazado a un cuarto lugar después de la jornada electoral de este 2107, ha entendido que requiere de algo más que solo su partido. La izquierda es difícil de conciliar entre los propios grupos políticos que la conforman. Pero construir un frente amplio opositor resulta una tarea imposible. La propuesta no es una construcción de proyecto político sino una estrategia electoral en la búsqueda del voto. Esto conlleva un gran riesgo, que no se tenga una plataforma común, ni política ni ideológica ni garantía de que al final, en la constitución del nuevo gobierno, las fuerzas políticas ganadoras en paquete no puedan ponerse de acuerdo.

Para analizar al PRI tenemos que distinguir dos realidades. Uno el federal donde las cuentas no le resultan positivas por el desgaste de la figura presidencial. Otro, el local con gobierno del estado encabezado por Rolando Zapata Bello posicionado como el primero entre los gobernadores de la república. Un estatus muy halagador cuando estamos perplejos ante una camada de “nuevos cuadros” en los gobiernos estatales que hoy están enfrentando procesos por enriquecimiento inexplicable, ilícito y actos de corrupción.

El problema para el PRI de Yucatán es la recurrencia de las elecciones federales con los comicios locales. Esto por un efecto de cascada que podría afectar la percepción antipriista en el ánimo electoral del yucateco. Es por ello, que en su discurso el gobernador de Yucatán, el principal activo del priismo local, fue muy claro con respecto a la importancia de sumar esfuerzos, escuchar a todas las voces para alentar la crítica interna, eliminar la soberbia que caracteriza a algunos cuadros del partido.

Es necesario fortalecer el contacto con la militancia. Sobre todo en aquella que ha sido afectada o desplazada por el partido y gobierno. Para ello se debe cumplir a cabalidad el mandato del jefe político y líder moral del priismo yucateco. El priismo de Yucatán tiene una gran oportunidad de refrendar el gobierno del Estado, recuperar alcaldías perdidas en las pasadas elecciones estatales.

Pero requiere de hacer una revisión interna que escuche a todas las voces y acepten la autocrítica que militantes priistas exigen. Como dijera el gobernador Rolando Zapata Bello: en Yucatán hay rumbo. Iniciado durante la gestión de Ivonne Ortega Pacheco, consolidado por Rolando Zapata y necesario que el que venga pueda continuar con los pasos firmes para que Yucatán siga teniendo el crecimiento social, económico y político que se merece.


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