La vida es maravillosa, aún cuando existen hoy en día muchos
medios que fácilmente nos desvían de los caminos correctos. Pocas veces suelo
escribir de cosas muy personales. Mi interés se centra en los análisis sociales,
en la comprensión de la realidad cotidiana y en la posibilidad de ofrecer al
lector una oportunidad para la reflexión.
Los que han tenido la oportunidad
de conocerme, saben de sobra lo enigmático y esotérico que suele ser mi
personalidad. La discreción es un valor que me gusta practicar de cuanto conozco
de los demás, e inclusive de mí mismo, por el gran respeto que toda persona se
merece, y que en correspondencia, exijo de los demás hacia mi persona.
Hoy
hago una excepción a mis propias reglas. Decido, por la necesidad interna de
decirlo, y por que no, de gritarlo a los cuatro vientos, que me siento un hombre
muy dichoso y feliz, con un proyecto de vida que hace pocos años no hubiera
alguna vez imaginado.
¿Por qué? Por todos los dones y bendiciones que a
diario recibo. A modo de retroalimentación, aquí reseño para compartir con todos
ustedes lectores la alegría de poseer los siguientes tesoros.
En primera
instancia quiero reconocer que, aún con las diferencias propias de generación,
hoy cuento con una familia que no solo supo darme lo mejor, sino que también me
preparó para vivir bien. Siempre con la esperanza de vivir bien, sin ambiciones
estériles, como aquellas que buscan solo obtener bienes a costa de la
tranquilidad emocional de uno, que a la larga provocan muchos malestares físicos
e instabilidades en la familia.
Aquí reconozco el trabajo de una mujer que
con mucha entereza, como hasta el día de hoy lo realiza, con más que un sentido
común por el mismo amor que ha demostrado en todos estos años, me ha dado la
libertad y las alas para volar hacia donde quiera, con la siempre seguridad que
aquellas platicas de años atrás no fueron en balde. Su nombre no puede
significar mucho para ustedes, pero tengo que estar muy agradecido al Creador
por haberme dado un angel de piel y carne. Gracias por todo, querida madre,
Lourdes Ripoll Navarro. Hoy tengo el reto ante mi nueva familia de no olvidar
tus enseñanzas y construir para el bien de la sociedad una familia fuerte y
comprometida consigo misma.
Para lo último cuento con una mujer, que desde el
primer momento me cautivaron sus ojos. De ella he aprendido lo valioso del
compromiso, de la entrega absoluta del ser, pero mucho más del corazón. Juntos
hemos emprendido una lucha por la vida, la que es nuestra y nos pertenece. Cada
momento, cada día, como minuto y segundo es una oportunidad para compartir lo
que somos. Eunice Sansores, es ahora no solo una compañera sino un motivo de
vida.
Por otro lado, no puedo dejar de pasar por alto en todo ese proceso la
riqueza valiosa de sentirse útil en la sociedad como profesionista. Resulta
imposible reseñar en pocas palabras las enseñanzas que me ha dejado ser un
educador en constante comunicación con alumnos de todas las edades. El
enriquecimiento es fructífero, como lo demuestran los no pocos encuentros con ex
alumnos de ya hace una década, los primeros que compartieron ese camino, y hoy
son hombres y mujeres que han superado deficiencias y son ahora gente productiva
tanto en sus familias como en la sociedad misma.
También se cuenta en el don
de la comunicación, escrita y oral, que me permite hacer participes a los
lectores de las inquietudes y preocupaciones personales. He tenido ya ocasión de
corroborar por medio de correos electrónicos y de manera personal que, por lo
menos, a alguien le ha hecho bien leer algún artículo mío. No hay mayor
satisfacción para un escritor que estar enterado del impacto positivo que
provoca un escrito.
Por todo lo anterior, me quedan claro las sabias palabras
de Confucio, signadas en uno de sus célebres libros. De aquellas palabras que se
pueden interpretar… que para que uno pueda gobernar a otros y a si mismo,
primero debe poner en orden a su familia.
Mis éxitos no los puedo entender
sin mi familia, como ahora tengo el compromiso de seguir adelante por la familia
que ahora tengo la oportunidad de construir.

 

Revista Ser familia. Año 1. No. 6. Septiembre 2006

Espero que esta publicación sea de tu interés. Me gustaría seguir en contacto contigo. Por lo cual te dejo mis principales redes para dialogar y comentar los temas de interés para la sociedad y nosotros.