De mi muchas cosas podría decir, pero reconozco que la reserva y discreción es
una parte esencial de mi persona. Físicamente tengo elementos que harían un
fácil reconocimiento. Mido 1.75 m, pero no me considero ni flaco y gordo, aunque
un poco de abdomen, producto de destrampes alimenticios, no me hacen tampoco
lucir muy mal. El gusto por la comida, desde la simple fritanga hasta el
platiloo de alta cocina, es algo que llama la atención a mis conocidos.
Retomando mi descripción física, la madre naturaleza no quiso regalarme pelo
güero, ni ojos azules menos piel blanca; más bien, se me otorgó pelo y ojos
negros, junto a una piel morean ahora quemada por el solo porpio de la región
cálida de Yucatán. No obstante, puedo ofrecer una prueba, aunque sea profunda y
negada a la visión de la gente común, de que mi piel puede ser más blanca…
pero tendrían que censurarme esta descripción, así que lo dejo a la imaginación
del lector. Reitero, mi discreción y muchas veces silencio parecen que soy una
persona fría y dura. Algunos conocidos y gente que no dudo su estima, me han
criticado por esa aparente insensibilidad manifesta en algunas actitudes. Lo
único que puedo comentar al respecto es: ¡Pobres ilusos! … que solo se fijan
en las apariencias externas y desconocen las profundidades del ser. Me considero
una persona sensible, observador de la naturaleza humana, de la que me duele la
miseria espiritual que daña a toda la humanidad, la que denigra nuestra lo que
somos y podemos llegar a ser. Aunque no lo exprese oralmente, en los escritos he
encontrado el medio ideal para exteriorizar mis ideas y sentimientos, para
gritarle al mundo y llamar su atención a que dejemos de destruirnos a nosotros
mismos.


Espero que esta publicación sea de tu interés. Me gustaría seguir en contacto contigo. Por lo cual te dejo mis principales redes para dialogar y comentar los temas de interés para la sociedad y nosotros.