Pero ahora con el descubrimiento y reconocimiento del religioso
Paolo Scarafoni, un portavoz de la orden en Roma, de la situación
irregular a lo que se espera de la vida de un religioso, mucho más
cuando se trata de un modelo a seguir por ser el fundador de una orden
religiosa, no faltarán juicios sumarios en contra del religioso como de
la misma orden. Ya que se espera que las virtudes y dones de un
fundador de cualquier orden religiosa sean ejemplo, no solo para los
miembros, sino también, para la sociedad entera.

Los legionarios de Cristo, fundada por Marcial Maciel en México
en 1941 fue reconocida como organización religiosa por el Vaticano
hasta 1983. Con presencia en 18 países, con más de 80,000 miembros
seglares y una diversidad de colegios privados enfocados a un sector
poblacional de alto poder adquisitivo, ya había dejado sentir una
influencia en el mundo entero con seminarios internacionales en Roma y
en Sao Paulo.

Por un lado hay que reconocer que es la misma organización quien
confirma la doble vida de su fundador. Novedoso en función de en otros
tiempos esas situaciones pasarían a ser parte de los secretos de las
organizaciones religiosas.

No demerita el trabajo de todos los miembros que en buenas
intenciones y en el cumplimiento de los postulados religiosos ayudan a
la sociedad. Aunque si afecta a la imagen, en términos generales, y
sobre este punto, quienes tendrán la última palabra son los ahora
miembros de La Legión de Cristo.
 

 


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