Ya Felipe Calderón ha recibido sus dosis de abucheos. El 11 de noviembre de 2009, en la inauguración del estadio Territorio Santos Modelo se escucharon abucheos y rechiflas cuando el presidente Felipe Calderón fue presentado y en el momento que dirigió su breve mensaje.

En el acto inaugural del séptimo Festival de Cine de Morelia en octubre de 2009, cuando la presidenta del Conaculta, Consuelo Sáizar, reiteró el compromiso de Felipe Calderón con la industria cinematográfica, el público empezó a emitir silbidos de rechazo ante personalidades de la industria como Quentín Tarantino. Todo porque ya era sabido la reducción del 46 por ciento en el presupuesto destinado a los proyectos cinematográficos en México.

Para el primer caso, la dirigencia del PAN de Guerrero, justificaron la rechifla que recibió el presidente Felipe, no a un rechazo a su política, sino más bien a problemas de logística del evento y a las “expresiones democráticas” de los aficionados que ya querían ver a los artistas y al partido.

Pero lo peor todavía no había llegado para el Presidente Felipe Calderón Hinojosa. En la semana pasada, el presidente tuvo que ir a Ciudad Juárez en medio del rechazo y repudio de una sociedad que verdaderamente está harta de la inseguridad. El detonador de ello fue la matanza de estudiantes que desde el gobierno federal los trató inicialmente como también involucrados en la delincuencia. Al final, Felipe Calderón fue a pedir disculpas por las erróneas percepciones, y ahora sí, comprometerse a establecer políticas para garantizar el Estado de Derecho en la entidad de Baja California Norte.

Sin embargo, a pesar de esas buenas intenciones, el presidente soportó la manifestación pública, decidida y contundente de la Sra. Luz María Dávila, madre de dos jóvenes ejecutados por los sicarios, que interrumpió al presidente, le reitero que no le podía dar la bienvenida ni la mano, y sin decir más, le dio y se quedó dando la espalda al mandatario.

Eso es no esconderse en la muchedumbre, es mostrar valentía y contundencia en el rechazo y demanda, ésta que nace de un caso concreto, de todos conocidos, que hoy tiene nombre y rostro que refleja la impotencia ciudadana ante la falta de sensibilidad de un gobierno que ha mostrado, a juicio de la señora, incapacidad para dar respuesta a las demandas de seguridad de los juarenses.

Pero no vayamos más lejos. Al PAN en Yucatán le vino a bien la rechifla si es que está fue natural y no provocada. En medio de la noticia de la noche de campeonato, el mismo Diario de Yucatán ha reconocido que fue el único medio que cubrió cabalmente la nota. Por lo mismo, muchos de sus lectores han opinado y reforzado el sentido del rechazo. Mediáticamente posesionado en la discusión un caso que en verdad resulta más intrascendente, ya que a miras de considerar este evento como un síntoma previo a las elecciones, en el PAN hay signos más que visibles de una clara división, potencialmente perjudicial para el proceso electoral por venir, al expulsar de la bancada panista en el Congreso del Estado al diputado Julio Garrido.

Es sabido, sobre el caso de Julio Garrido, que ha mostrado una clara distancia política de quienes hoy administran al PAN y de su actual candidata Beatriz Zavala. ¿En dónde ha quedado la cultura democrática que dice fomentar el PAN que no puede soportar ni canalizar en procesos internos la crítica? ¿Es de esa forma como Magaly Cruz Nucamendi predica los valores que asegura profesar? ¿En dónde está la capacidad de Rodolfo González Crespo de la reflexión y autocrítica, la que alguna vez en plática de café, ambos reconocimos necesario para que el Pan vuelva a recuperar la confianza en la ciudadanía?

Para quienes piensan que el abucheo es algo que es reflejo de las elecciones o que afectará a las mismas, sólo están desviándose y perdiéndose de situaciones mucho más trascendentales y que creo que destellan lo que sucede en el PAN muy adentro; mientras que el abucheo sólo fue una “expresión democrática” del momento ¿o no?

AL CALCE. El lunes pasado, mi esposa acudió a una doctor familiar particular por un evidente problema de salud que se pensaba no sería más que una simple gripe. Sin embargo el diagnóstico fue algo inesperado que a recomendación del mismo doctor, ameritaba acudir a la seguridad social que por derecho le corresponde. Llegó a la Clínica Familiar del ISSSTE, sin tener una cita previa, pero que al poner en lista de espera quedó en último lugar para su atención. Espero más de tres horas, hasta que fue atendida por el Dr. Justino García M con cédula profesional 3252976, que verificó las notas de diagnóstico y medicamente que el primer doctor ya había recetado. Constató que efectivamente tenía el cuadro médico del diagnóstico inicial. Sin embargo, ante la recomendación del primer doctor de enviar a mi esposa, por los menos dos días de descanso y reposo, al solicitarle la constancia e incapacidad médica por UN SOLO DÍA, el Dr. Justino – que no hace mérito a su nombre, por cierto –, dijo que no podía a menos que se hubiera llevado en ese momento el “recibo de honorarios” del primer doctor. Yo me preguntó ¿qué relación existe, para la sintomatología de la enfermedad el recibo de honorarios? ¿Si ya se hizo la valoración y se constató y verificó el diagnóstico, qué importancia tiene el recibo de honorarios?

¡Qué mal está la nueva administración de la Clínica del ISSSTE que ya se pierden los estándares de calidad que antes la distinguía! Aquí mismo he reconocido, en un pasado, los avances que se había tenido al respecto, pero parece que eso ya es del olvido.

Pero seguramente el delegado y todo su cuerpo administrativo ya está más que funciones de campaña, con eso de que Miguel Ángel Yunes ahora es candidato del PAN para el estado de Veracruz… eso podría explicar que ya los recursos y energías se canalicen a otros fines ajenos a la atención con calidad en el ISSSTE.


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