Este cuarto año de gobierno no ha sido sencillo. La nueva legislatura tuvo que aceptar un aumento de un punto porcentual en el IVA, supuestamente para sólo un año. Tiempo que se pensaba tardaría de lograrse la recuperación de la economía en el país. Casi vencido el tiempo cuando se inicia la discusión sobre el paquete de ingresos para el siguiente ejercicio fiscal, no hay ninguna señal que se quiera corregir y regresar al estado anterior. Como dicen… una vez aceptado, cobrado y pagado, ya ni las sombras se mueven.

El colmo ha sido la situación de incertidumbre derivada de la inseguridad que asola en la zona norte y central de México, como consecuencia de la lucha que emprendió el presidente contra la delincuencia organizada. Combate que no sólo afecta a las bandas de la delincuencia y cuerpos de seguridad, sino también ha traspasado hacia los civiles, tanto nacionales como extranjeros. Hoy la demanda de más seguridad y acciones serias y comprometidas no sólo es de los mexicanos, sino de las naciones amigas de México, cuyos nacionales en el intento de cruzar hacia los Estados Unidos de Norteamérica son víctimas de la extorsión, del chantaje, y hasta con la vida misma por las bandas criminales.

Es por ello que la calificación de Felipe Calderón Hinojosa es la más baja en este cuarto año de ejercicio como poder ejecutivo. Así ha sido dado a conocer en el noticiero de López Doriga en Radio Fórmula el pasado 31 de agosto, un día antes de la presentación por escrito del informe de gobierno.

¿En dónde quedo la habilidad política y negociadora del experimentado parlamentario que se suponía que sería Felipe Calderón como presidente de México?
Hoy no hay un liderazgo en el gobierno. Un liderazgo que sea capaz de encender los ánimos del ciudadano y los organismos de Estado hacia los fines comunes y la procuración del mayor beneficio social. Nos han enseñado que como sólo los amigos importan y que no hay valor en los pactos y alianzas por lo que la estimación y la confianza hacia la institucionalidad ha decrecido. Es por ello que vemos un presidente que ya no está ocupado en terminar bien su sexenio, sino en asegurarse de contar con un aliado como sucesor para cuidarse a sí mismo.

Es por ello que conocedor de que el PRI, según las diversas encuestas dadas a conocer, tiene cartas fuertes y visibles para la sucesión presidencial, es que tira en contra de este partido. Pero en la verdad, el presidente ha quedado sólo, ya ni el PRD que se aprovecha por utilitarismo electoral es un fuerte aliado.
¿Qué más debemos esperar en estos dos últimos años?
Felipe Calderón ante las críticas sobre su acción contra la delincuencia ha respondido que hasta el último día de su gobierno el Ejército estará en las calles. ¿Entonces significa que poco le importa llegar a una solución al conflicto de seguridad en tiempo de su mandato? ¿No le importa o preocupa heredar al sucesor un problema que hasta cierto punto Él inicio?
AL ALCE. Beatriz Zavala, la candidata perdedora en Mérida, quiso establecer como causa genérica para anular las elecciones la intromisión de Ivonne Ortega Pacheco en las elecciones. El que acusa, como principio de todo proceso judicial, debe probar su acusación. No lo pudo hacer. La Sala Regional del Tribunal Federal no le concedió razón y se validó la votación de los meridanos.
Al presidente Felipe Calderón Hinojosa lo acusaron por haber utilizado su imagen en días antes de los procesos del 4 de julio para ayudar a los candidatos panistas en contienda. No sólo perdió la mayoría de los Estados donde hubo elecciones, sino que en sentencia judicial del Tribunal Superior en materia electoral ha condenado la acción del presidente. Esta es una verdad jurídica establecida.
Entonces ¿quién realmente violó la ley electoral?
 


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