Pero una cosa es la experiencia mística, y otra muy diferente, la experiencia comunitaria. Es decir, los tipos de relaciones humanas que intervienen en torno a la fe. Todas las religiones aceptan un grado de imperfección en el hombre, que por más ejemplar que su vida sea, la naturaleza del hombre ha provocado serios problemas a las iglesias.
De este modo vemos como, en el caso específico de la Iglesia Católica, personajes que se esperaban que puedan ser modelos de vida por superar la fragilidad humana, por conductas impropias, no sólo han sido señalados, sino que han afectado la credibilidad de la Iglesia misma. El escrutinio en contra de la vigencia de los valores religiosos ha sido muy fomentado en diversos medios de comunicación hasta convertir la nota mala, negativa y sensacionalista lo que más hace vender las ediciones informativas. Es cierto que no se puede, ni se debe, hacerse de la vista gorda y no denunciar los crímenes que se comentan en justificación y bajo nombre de la fe. Pero también hay que reconocer que la sentencia ha sido exagerada y desproporcionada, a tal grado, que nos olvidamos de los aspectos positivos, en lo que si nos ayuda la religión al menos como un gran catalizador moral en momentos de crisis, en los verdaderos hombres de fe que han experimentado los valores religiosos en plenitud en bien de la comunidad a la cual pertenecen.
El último es el caso del cura católico Pablo Domínguez. Un sacerdote madrileño que encontró la muerte a los 42 años en la montaña Moncayo en España. Los testimonios de amigos, compañeros, alumnos y familiares han sido recogidos en un filme que lleva por nombre “La ultima cima” que se exhibirá en las salas de cine del s. XXI y Foro Colón a partir del próximo 16 de mayo, esperando que pueda romper record de más de seis meses como sucedió en España.
Lo extraordinario de la historia que nos presenta la película es que la historia no es de un sacerdote acusado de pederastia, o fundador de una orden religiosa, sin escándalos sexuales, o por lo menos, que fuera párroco. El punto central es llevar al espectador a una reflexión de que la vocación religiosa es viable vivirla en plenitud.
Es la historia de un hombre que supo para lo que venía al mundo. Asumió con verdadero compromiso su elección del sacerdocio para estar siempre a la disposición del hermano necesitado de un consuelo, de una orientación, de un mensaje de aliento.
En el mundo actual necesitamos de ejemplos de vida. La realidad no puede limitarse, por simple analogía a resumir el islamismo a la figura de Bin Laden. Seguramente hay muchos, me atrevo a decir, miles de musulmanes que hacen de este mundo algo mejor de cómo lo recibieron. Y de este modo, en todas las religiones hay gente de buena voluntad que se cumple cabalmente con los valores de sus creencias y fe. Lo mismo sucede en cualquier otra religión debido a que éstas se conforman finalmente con hombres imperfectos, pero que en la búsqueda de la perfección, la voluntad y los actos humanos logran hacer verdaderos milagros.

Más información de la película en la dirección

http://www.laultimacima.com/mx/


AL CALCE. En sintonía con el contenido principal de este artículo, en la vida he conocido a grandes maestros, como también, de mediocres que para bien o para mal han contribuido en mi formación como persona. A todos, sin atreverme a mencionar nombre alguno, les envío la felicitación en razón del Día del Maestro. Es reconfortante que el segundo tipo de maestros mencionado es sólo una mínima parte, ya que en todos los demás, la mayoría, si hay genuino compromiso laboral.

 


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