No hay duda que el Diario de Yucatán se mueve hoy por hoy por consigna “no morir sin pelear” para confrontar a la sociedad yucateca con notas que evidentemente ya no tienen eco en la conciencia colectiva de la sociedad. El pueblo, el verdadero pueblo, el que día a día sufre por la mala condición económica y se espanta de la gran violencia que vive el pais, ya ha dado vuelta rápido a la página

Lo anterior por la mala estrategia de quienes hoy se guían por fanatismo y el odio que ya cae en lo irracional contra Ivonne Ortega, y que se ha polarizado más con la alcaldesa Angélica Araujo. Para ellos no importa la democracia, sus valores y la consecuencia que es la alternancia política, sino las espacios de poder que han perdido, y que con la oposición sistemática piensan que la sociedad les volverá a dar el respaldo para regresar al poder.

Ya no importa si es contra la Gobernadora o la Alcaldesa, o ahora contra el máximo jerarca de la Iglesia Católica… el enemigo es todo aquel que se calla, que se amordaza, que no denuncia, que no grita a los cuatro vientos lo que ellos creen que es una represión directa del gobierno contra los ciudadanos “supuestos panistas” que también le entraron la provocación, al insulto, a los golpes y garrotazos.

El pensamiento más absolutista les domina los ánimos y los empuja a la confrontación social sin importarles dividir a la sociedad. Se oponen al desarrollo social, a los programas que buscan abatir los principales rezagos sociales… siempre que todos estos sean propuestas que surgan de los gobiernos príistas.

Pero la realidad les gana la partida. La obsesión les ha jugado mal en los juicios valorativos de la realidad que denuncian. Gritan más deuda, cuando ésta ha sido avalada por las instancias federales que están en manos del PAN. Vociferan falta de trasparencia cuando basta ir a las páginas del PAN y darse cuenta que hay información incompleta, oscura y no transparente. Piden compromiso para las tareas de gobierno y su líder de bancada pide licencia para irse a bailes carnestolengos porque ahí hay “votos”, así lo reconoció Magaly Cruz Nucamendi, por cierto, presidente del PAN Yucatán en el momento de ese incidente. Exigen que no se promueva más la imagen del Estado en programa de variedades, cuando también, nos enteramos del gasto federal de más de 118 millones de pesos en una serie de televisión que resultó un fracaso. Demandan respeto al Estado de Derecho y un yucateco con nombramiento de cónsul honorario de Holanda utiliza ese cargo para escalar a un nivel internacional un incidente local, cuando constitucionalmente no hay lugar para la intromisión extranjera en asuntos de política nacional, menos local.

¿Dónde están estos “ciudadanos” Patricia McCarthy o Guillermo Vela Román, quienes vivieron del presupuesto del PAN en tiempos de Patricio Patrón Laviada y administraciones municipales panistas, denunciando todos los hechos descritos anteriormente que también demuestran la falta de compromiso de políticos que hoy critican y que representó en algunos casos gastos del erario?

Lo que si es cierto es que día a día las cosas caen por propio peso. Basta hacer un recorrido por lo que se publica en las redes sociales, termometro de la percepción ciudadana, para darnos cuenta que las notas de lo que sucedió el pasado 4 de julio ya empieza a caer en el olvido. Inclusive hay quienes ya se dan cuenta de que quienes quieren que no se olvide son los mismos que desde hace tiempo han buscado la confrontación social y que la vinculación de éstos con Acción Nacional en Yucatán es más que evidente. Al texto dice un reportero de otro medio “se quejan de que no entró la policia, que de haberlo hecho ahora estarían hablando de represión del Gobierno Estatal”

La sociedad yucateca ya no quiere más la confrontación. Lo que el habitante de Yucatán quiere es vivir en una sociedad pujante en crecimiento y desarrollo y no con pleitos ni confrontaciones políticas que son estériles para lograr lo anterior.

La nota del 4 de julio ya dio el jugo que debía dar. Cuando mucho en la primera semana hubo indignación social contra los agresores y solidaridad contra los agredidos, hasta que también se dio a conocer la otra cara de la moneda: el papel activo de los supuestos agredidos que entraron con insultos, provocación y golpes, inclusive de un regidor panista que no ha sido cuestionado y tampoco se le ha solicitado juicio político ni su renuncia por también haber participado en esos lamentables y condenables hechos.

El interés del medio Diario de Yucatán es no hacer morir la noticia, aunque con ello tenga que seguir utiliZando a los mismos quemados del antes y del momento actual. No hay ninguna cara nueva. ¿En dónde están los vecinos y estudiantes que se decían indignados? ¿En dónde está Juan Perez o María Canché? ¿Por qué tiene que ser los mismos?

No los hay, porque es está muy claro quienes son el grupo que polarizan, y más claro, el medio que los apoya.


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