Pero en honor la verdad ¿puede un mexicano común, asalariado con la tasa del mínimo, satisfacer plenamente las necesidades anunciadas anteriormente?

Una realidad que no se ha podido solucionar es la pérdida del valor adquisitivo del salario mínimo, que en contrasentido del ex secretario de hacienda y ahora aspirante presidencial por el PAN, Ernesto Cordero, ni con los 6,000 pesos mensuales – es superior al mínimo actual – es más que suficiente para lograr cumplir con la finalidad que deben tener un salario mínimo. Pero lo anterior es desconocido para los Ministros de la Suprema Corte de la Nación.

El día de ayer, en el Pleno de la Suprema Corte de Justicia se tomó la decisión con respecto a la constitucionalidad del Artículo 117 de la Ley de Impuesto sobre la Renta que establece el pago de impuestos para los trabajadores, incluidos quienes reciben el salario mínimo.

La Suprema Corte con un voto dividido de 7 a favor y 4 en contra avaló la constitucionalidad de mencionado artículo, bajo el supuesto que la protección de seguridad social como el IMSS o Infonavit es más que suficiente para el resguardo y respeto del mínimo vital.

Lo que si es cierto es que ante un pago de nómina, dichas aportaciones son deducciones, no son adicionales, lo que resta la cantidad líquida que un trabajador recibe. Además, en la realidad social, que no debe ser ignorada en un estudio serio, profundo y profesional de los características culturales y socioeconómicas de México, hay empresas que no cumplen con las obligaciones fiscales con respecto a las aportaciones de seguridad nacional tal y como se establece en el Código Fiscal de la Federación, con la consecuencia de millones de trabajadores que no reciben la atención de la seguidad social ni de la procuración de una vivienda digna.

Por un lado se entiende el razonamiento si nos vamos a la interpretación estricta de los fundamentos legales, aunque en contraparte, también se han olvidado de los principios doctrinales del derecho tributario.

Claro que si yo ganó salario que estan exageradamente por arriba del salario mínimo, a tal grado que un pago mensual de un Ministro de la Corte es la cantidad que en su vida podrá ver el trabajador asalariado ni juntando en varios años lo que reciba, difícilmente se tenga la empatía suficiente para entender esa realidad que lastima y emprobrece cada día al mexicano.

Con esta decisión, sin duda, la Suprema Corte se pone en contra de millones de mexicanos que a diario sufren, y que honestamente, sólo tendrían el deseo, aunque sea por un sólo día, de que cada uno de los Ministros de la SCJN vivierá con lo que a diario no alcanza para vivir.


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