Se entiende que una época de campaña los ánimos políticos se sobresalten. Mucho más cuando se percibe una derrota para quienes no desean que se llegue a tal resultado. La ofuscación surgida de la impotencia no es una buena consejera ya que predomina la emoción sobre la razón.

La expresiones de manifestación que ahora organizan jóvenes universitarios son parte de ese dinamismo social que cada vez cobra importancia en la sociedad. Pero al mismo tiempo, corre el riesgo de la politización de los auténticos intereses ciudadanos cuando una fuerza política ve la oportunidad de aprovecharse de ésta para sus propios fines.

Es por ello que el movimiento social del 68 quedo muy grabado en la conciencia del mexicano. Éste surgió en el contexto de una juventud que se desligaba de esquemas conservadores, pero al mismo tiempo, como una respuesta genuina a las condiciones imperantes en el Estado mexicano de aquella época que privilegiaba el control social como fundamento para crear condiciones de viabilidad del país.

Nuevamente los jóvenes universitarios se manifiestan, irónicamente contra medios de comunicación tradicionales que ven como obstáculos para la imparcialidad de información, cuando es bien sabido que por los medios e instrumentos electrónicos es mucho más fácil acceder a lo que se dice en estos últimos que estar viendo la televisión tradicional.

Pero es tiempo de la lucha política. Es tiempo para la estrategia electoral. Es por ello entendible que se intente manipular una expresión ciudadana con fines políticos. Especialmente cuando hay información objetiva del contexto y de las preferencias electorales que como nunca están siendo estudiadas con técnicas estadísticas muestrales autorizadas por el arbitro del proceso electoral, es decir, del mismo IFE.

Cuando ya no hay argumentos y la desesperación domina, esa lucha y esa estrategia se convierte en guerra sucia. Aquí ya no importa hacer propuesta, sino descalificar como sea, contra quien sea y con lo que se pueda.

Por ello la sociedad debe ser muy cuidadosa en analizar lo que suceda a partir de estas manifestaciones de jóvenes, que genuinas, son una expresión social más de una sociedad que demanda a la clase política y actores sociales una mayor responsabilidad en la conducción del país.

Ya hay quienes ven con alarma estos movimientos sociales. Lo será en la medida que se salga del derecho de petición que requiere que ésta sea justa y pacifica para darle cauce de legalidad y respeto a la paz y la armonía social.

Si estas manifestaciones sólo se convierten en la oportunidad para la infamia, la calumnia y la descalificación, los jóvenes no estarán a la altura de la generación del 68. En esa época si hubieron quienes dieron su vida para la consolidación de sus ideales. Hoy México ha sembrado lo que en Tlatelolco se hizo con la sangre de los estudiantes mártires.

La juventud mexicana de hoy, que se ha presumido apática en los asuntos políticos, al parecer están despertando, lo que no es malo en esencial; sin embargo, en la fondo y en la forma no debe estar siendo manipulados ni tampoco utilizados por una clase política que se sienta perdida y vea esta la oportunidad para remontar en las preferencias.

AL CALCE. Es significativo que mientras Josefina Vázquez Mota se enlista para un ataque frontal contra la líder sindical de los maestros, Elba Esther Gordillo, por otro lado el Presidente Felipe Calderón le de voz a la maestra en evento de los maestros para que hable mal de la candidata panista. ¿Encuentra uniformidad y lógica entre el discurso de la candidata y el apoyo o no del Presidente hacia ésta?.. al tiempo.


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