redessociales (1)Una de las realidades que hoy se viven en la sociedad es la mediatización de todos sus procesos sociales. Desde la política, el entretenimiento, la vida académica y social se encuentra en los medios electrónicos, en las redes sociales. Esta es una nueva forma de interacción humana que abre la conciencia a nuevos horizontes, a nuevas formas de intercambiar información, más mediata y efectiva si queremos que los mensajes lleguen a quienes deseamos.

En las redes sociales se ha encontrado la oportunidad, entre otras cosas, para denunciar, reclamar, exigir. Poco a poco se ha convertido en un termómetro social que ha desplazado a medios tradicionales de comunicación. Todos, quienes nos interesamos en la sociedad, nos encontramos ahí, expuestos a la crítica, a la descalificación, a la exhibición.

Por ello no es entendible que nos solidaricemos con el dolor de una madre de familia que ve que un hijo, un pequeñin de pocos años, es muerto salvajemente por perros. Hechos que son dolorosos y que conmueven y mueven a exigir un castigo ejemplar, porque no es posible que una sociedad civilizada estas cosas sucedan.

Tal vez por ello, las autoridades escuchando el reclamo social decida hacer un castigo ejemplar a la dueña de los perros. Es entendible que no se pueda quedar impune una situación de esta naturaleza. Pero de ahí a procesar a la señora como delito “doloso” hay una gran diferencia entre la búsqueda de una justicia y la venganza social.

Hasta cierto punto, el que asesino fueron los perros. Si estos estuvieron entrenados para matar, lo que se debe acreditar jurídicamente, entonces si estaríamos en una posición de calificar esa privación de la vida de forma dolosa, es decir, con toda la intención de provocar ese objetivo. De lo contrario, es posible configurar el homicidio como culposo, en la medida de poseer perros cuya naturaleza es violenta, que pone en peligro la vida o integridad de otras personas.

Es por ello que debemos tener cuidado al querer calificar y juzgar a las personas a partir de los hechos mediatizados en las redes sociales. Como dueña de los perros no dudo en la sanción administrativa, en el pago de daños y perjuicios, de la indemnización correspondiente. Pero por una conducta de un animal, que responde a la irracionalidad y al instinto, no debería haber una pena privativa de la libertad. Que únicamente aplicaría en el caso de existir de forma fehaciente y manifiesta la intención de provocar el resultado, es decir, la presencia del dolo.

Por lo que vale la pena serenarse un poco, relajarse y pensar de forma racional. No dejarnos llevar por la pasión y la emoción, que en muchas ocasiones, traiciona.


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