bandera-mexico-0-620x270Con los recientes acontecimientos políticos, en los tres niveles de gobierno de México, es fácil confundirse con respecto a qué sistema político o régimen de gobierno se rige la vida política del país.

Se dice que estamos ante una democracia, pero es sentido amplio se debe privilegiar lo que digan las mayorías, pero al parecer en México lo que abundan son las minorías que imponen criterios, medidas y acciones. No importa el bien colectivo, común y general, sino los intereses particulares, que por ello, son mezquinos. Parecería que lo importante es sólo protegerse a uno mismo, sin importar lo que le suceda al otro.

En el 2000 se creyó que daríamos un vuelco los mexicanos con el advenimiento del primer partido de oposición. Es claro que se tenía que romper con el poder hegemónico, vertical y absoluto que el poder politico arrastraba desde décadas atrás en la historia del país. Sin embargo, también es claro que el mecanismo de poder sólo cambio de mano, ya que se continuaron con vicios y costumbres que los “nuevos” aprovecharon a su favor.

Hay quienes afirman que en México predomina una partidocracia. Es decir, la sobrerepresentación ciudadana en las instituciones que se crearon para darle cabida a la canalización de los intereses ciudadanos. Una cosa es evidente. El acceso al poder, así como su conformación en los tres Poderes de la Unión, se hace desde la perspectiva del partido político. ¿Garantiza entonces el sistema la buena representatividad del ciudadano?

Para muchos mexicanos, para no decir la mayoría, es necesario cambiar varios parámetros del sistema político, económico y social. Visto México como un organismo no es una entidad acabada, sino que continúa evolucionando con las influencias internas y externas. El mundo entero se transforma al caer los grandes “ismos” del siglo pasado que hoy resultan anacrónicos.

En la disyuntiva nos queda hacia donde queremos llevar a México, a ser una entidad que viva del pasado, o por el contrario, hacerla una sólida competidora en el mercado económico, político o social global.

Lo peor que los que se oponen al cambio real y necesario lo hacen sin argumento, con violencia, afectando el derecho de terceros, solo viendo sus intereses y no de la colectividad.

Me resisto a creer en un México bronco, sin razonamiento, enajenado y sin visión.

Se requiere por lo tanto que la sociedad realmente tome un nuevo papel en la construcción de la política. Deje de ser pasiva sino que se convierta en un agente activo del cambio.

Muchas cosas en México no deben dejar de pasar.

La oportunidad la tenemos que tomar en nuestras manos y construir un mejor país.


Espero que esta publicación sea de tu interés. Me gustaría seguir en contacto contigo. Por lo cual te dejo mis principales redes para dialogar y comentar los temas de interés para la sociedad y nosotros.