renanbarreraLlegó a la contienda electoral como un buen candidato: limpio, honesto, sin cola que le pisen, luchando a favor de la transparencia y rendición de cuentas. Ante el desplome de la administración príista suplente que no pudo manejar la eficiencia de los servicios públicos, como la basura, el camino hacia la presidencia municipal fue contundente. Sin embargo, desde la campaña hubieron voces, aunque sin tanto resuene, establecían que la honradez y probidad del candidato panista para el municipio de Mérida era un mal espejismo. Esas voces lo acusaban de snob, de ser traicionero, de no tener palabra de honor y actuar siempre en conveniencia a propios intereses.

Decir lo que todos sabemos es solo caer en la redundancia de quejas ante tanto bache, basura acumulada, presuntos tráficos de influencias en la asignación de obras y de violar sus propios reglamentos. Algo que ya preocupa en el seno del Comité Directivo Estatal del PAN por restarle al partido la capacidad de cuestionar al Gobierno del Estado encabezado por Rolando Zapata Bello, y lo que es peor, la caída de credibilidad y confianza del ciudadano.

¿Cómo puede salir Hugo Sánchez Camargo a cuestionar durante la falta de transparencia de Zapata Bello cuando se está documentando, con resoluciones de la Secretaría de la Función Pública que si hay irregularidades en la asignación de obra en el Ayuntamiento de Mérida con respecto a la repavimentación de la calle 60?

Hasta ahora no hemos visto a la dirigencia estatal blanquiazul salir en la defensa de Renán Barrera en la acusación ciudadana que configura tráfico de influencias en la reubicación de la ventanilla única en pensiones, que sin importar violar el reglamento con respecto a cajones de estacionamiento en obra comercial, la propiedad ya había sido usada como casa de campaña, y que además, el propietario es un funcionario de la misma administración pública, el Dr. Alfonso Peniche Manzano, subdirector de salud municipal. Que su puesto se entienda como un pago por dar una propiedad para ser casa de campaña se entiende, pero que de ahí se le invierta medio millos de pesos, cuando en el sector ya hay una ventanilla con todas las comodidades en un plaza comercial, sólo levanta la sospecha de no hay mucha honestidad ni probidad en la administración de Renán Barrera.

Tal vez por ello Raúl Paz, que en su calidad de diputado realizó las gestiones para conseguir el recurso que hoy se usa en la repavimentación de la calle 60, se encuentra molesto. Para su equipo es claro que alguien salió beneficiado “a modo”, sin una repartición del pastel equitativo. Igualmente a Mauricio Vila se recomienda ya no ir a los eventos de Renán Barrera que es duramente cuestionado por todos los medios sin excepción por los baches, la basura e ineptitud en atender los reclamos de la sociedad.

Pero lo peor para el PAN es que la aventura mal conducida por Renán Barrera con el caso del Carnaval los ha puesto en el predicamento de perder el apoyo empresarial. Mucho más cuando fueron las cámaras empresariales que aguantaron la crítica social de apoyar la ilegalidad del cambio de las luminarias y con su presencia validaron un consejo, dizque ciudadano y pero si extralegal, las acciones del Ayuntamiento. Estas cámaras ya han hecho los números del cambio a Xmatkuil, que sin mayores impedimentos ya el Gobierno del Estado puso a manos del Ayuntamiento las instalaciones de la feria para celebrar las fiestas carnestolendas, por lo cual no hay ya pretexto para no cumplirles a los aliados políticos del PAN.

Es claro que para muchos, Renán Barrrera hoy ya es un obstáculo electoral para el PAN. Ha perdido la credibilidad, la transparencia, la imagen de integridad que tanto cuidaba, y que podemos ya ver objetivamente, fue sólo un espejismo.

 


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