Por ahí se dice que un pueblo que no recuerda y honra su historia no genera una conciencia e identidad que fortalezca los valores y unidad. Somos conscientes que la nacionalidad, más allá de su definición y elementos jurídicos, en su esencia se relaciona más con los elementos culturales y ideológicos que son compartidos por la colectividad que la conforman. En la historia de nuestro país hay tres momentos históricos significativos de gran relevancia que nos identifican como una nación libre y soberana: (1) el proceso de independencia, (2) la reforma y (3) la revolución social mexicana.
De la revolución mexicana, que tiene en la fecha 20 de noviembre su fecha de conmemoración, se dieron las bases del Estado mexicano moderno. De los tiempos convulsionados surgieron los principios de justicia y equidad social que dieron una determinada certidumbre jurídica a sectores olvidados y vulnerables, a quienes no les había alcanzado el Estado de Derecho, la seguridad social y la infraestructura de servicios básicos y elementales que la sociedad requiere.
Por la revolución social mexicana el campesino fue una figura jurídica reconocida y se le garantizó tierra para trabajar; el trabajador, un sujeto protegido por las leyes; a la mujer mexicana se le pondera su valor en la participación política, entre algunos de los beneficios sociales que constituyeron grandes cambios para la sociedad mexicana.
Como cualquier proceso social donde se involucran ideologías personales habrán quienes no compartan un optimismo exacerbado. El punto no es que haya sido mala o negativa las ideas o fundamentos de la revolución social mexicana. ¿Quién puede negar el hecho de la importancia de la justicia para todos? ¿De la obligación de los gobiernos, surgidos por un pacto social demócrata, de asistir a los grupos sociales más desprotegidos?
En sí misma los postulados de la revolución no son malos. La falta de compromiso de una clase política en hacer valer los valores y derechos impidieron que realmente se fortalezca el Estado mexicano con todos esos beneficios sociales y legales que surgieron de la etapa revolucionaria. Un hecho muy claro, derivado del uso maniqueo de la revolución social, es que el término fue cameleónico para justificar regímenes políticos nacionales. Se perdió el valor histórico y fundamental, la directriz general de la filosofía política revolucionario.
En las últimas fechas se ha modificado la forma de conmemoración. Lo que tradicionalmente constituían los dos desfiles más importantes, el militar para festejar la independencia de México y el deportivo, para la revolución, se ha ido disminuyendo a una mínima expresión el segundo. De hecho, hoy representa un problema a la cotidianidad ante el cambio del día inhábil festivo al tercer lunes del mes de noviembre, que la organización y paso de contingentes provoca caos en el tránsito y vialidad pública al ser un día normal de trabajo.
Al momento de escribir esta reflexión se conoce la cancelación del desfile deportivo en la Ciudad de México, por lo que se cambia a otros actos protocolarios de homenaje, reconocimiento a las fuerzas armadas, la vida institucional y deportiva en el país.
¿Significará el fin del retórica revolucionaria, de sus principios y postulados?
México es muy diferente al de hace algunos pocos años. La globalidad tecnológica nos ha arrastrado hacia el cambio social y en esa necesidad de acoplarse modificar muchos de sus paradigmas.
¿No serían los principios de justicia y equidad social que se fortalecieron en la revolución elementos esenciales para afrontar al México global actual?
¿Estamos los mexicanos dando el valor justo en la conmemoración de los hechos históricos que fortalecen nuestra identidad y valor cultural como nación?
AL CALCE. Igualmente en estos días se recuerda la importancia de la mujer en la sociedad y la erradicación de la violencia contra ellas. Este compromiso es fundamental para todos, ciudadanos y gobierno. La mujer juega un papel trascendental en la construcción de la comunidad. El respeto y procuración de las mejores condiciones de vida, salud y estabilidad psicológica, jurídica y social para las mujeres son condicionantes para realmente ser una ciudad justa y equitativa para ellas.
Espero que esta publicación sea de tu interés. Me gustaría seguir en contacto contigo. Por lo cual te dejo mis principales redes para dialogar y comentar los temas de interés para la sociedad y nosotros.