telmexEl día de ayer se dio a conocer una postura que se puede considerar oficial emitida por el director de Alianzas Estratégicas de TELMEX Arturo Elías Ayub donde se consigna:

“Si a Telmex le dicen tienes que regalar tu infraestructura, pues no vuelve a invertir un metro de red, pero si le dicen puedes recuperar tus costos y tener cierta utilidad, eso va a incentivar la inversión”.

Lo anterior con respecto a la interpretación y efecto que tiene la declaración de preponderancia económica que dictó en días pasados el Instituto Federal de Telecomunicaciones (Ifetel) en contra de los intereses de TELMEX y TELCEL, ambas marcas de Grupo Carso, propiedad de Carlos Slim.

En su defensa Elías Ayub insiste en no aceptar las medidas mientras no se promulguen y empiecen su vigencia las leyes secundarias en materia de telecomunicaciones. Como todos sabemos el Congreso de la Unión modificó la Constitución en materia de telecomunicaciones, pero ha faltado legislar en las leyes reglamentarias. En la jerarquía de leyes en México la Constitución es el máximo órgano legal, mientras que las reglamentarias desmenuzan, aclarar y especifican lo que la norma constitución dice.

Hasta cierto punto Elías Ayub se le puede otorgar cierta razón en el retraso legislativo que provoca un vacío o laguna legal ya que si bien hay texto constitucional vigente, las reglamentarias aún no lo están. Sin embargo, no se entiende por parte de los ciudadanos el enorme privilegio que ha gozado las empresas de Grupo Carso por la flexbilidad normativa y favoritismo de una clase gobernante que no le importa el cumplimiento real de la ley.

En la administración de Enrique Peña Nieto se observa un compromiso por hacer realmente cumplir con la imperio de la ley. Los poderes fácticos empresariales, religiosos y sindicales han sentido que no pueden hacer lo que quieran con el país. La flexibilidad que gozarán en el fallido proceso de consolidación de la democracia que supo controlar los sexenios panistas hoy se le quiere dar una mejor solución.

Por eso se entiende, aunque no se justifique, la amenaza que hace Elías Ayub de congelar la inversión si tiene que haber una distribución gratuita de su infraestructura. A lo largo de varios años, la imagen de Carlos Slim ha sido la mayor contradicción económica de México… mientras más gente se hundía en la pobreza, el señor aparecía en el listado Forbes en varios años como el hombre más rico del mundo.

En fin… asi se las gastan.


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