epn-educacinHa concluido una etapa de profunda transformación legislativa en el país. Específicamente con la presidencia de Enrique Peña Nieto se han realizado 11 reformas en temas estructurales y gran envergadura para el crecimiento y desarrollo del país. Culmina con ello una etapa que iniciará desde el sexenio pasado cuando se elevó a rango constitucional con mayor claridad los Derechos Humanos. A partir de ahí México se han dado cambios sumamente importantes en diversos campos y materias del sistema jurídico como el financiero, laboral, amparo, telecomunicaciones, penal, energético, político-electoral, entre las más importantes.

Sin embargo, la que más ha convencido a la ciudadanía es el tema de la educación. Sin duda la puesta en discusión sobre las necesidades de replantearse hacia dónde va la educación desde la película “Panzazo” y la presión social de que era prioritario efectuar cambios, llevan hoy a la sociedad a sentirse tranquilos de que se va por el camino correcto en la educación. Al mismo tiempo que se reclama de quienes aún no han entendido que los privilegios o deseos personales no pueden estar por encima de las instituciones y el bienestar colectivo.

Aunque hay que destacar que todavía quedan sectores de la sociedad que impulsan prácticas contrarias al mejoramiento del sistema educativo. Vean el caso de las empresas turísticas que se sienten afectadas por carecer del puente de independencia de lunes 15 que sí se labora en la escuela y el 16 es inhábil por la celebración de las fiestas patrias. En su publicidad insisten en aprovechar un puente para irse en plan vacacional cuando éste no existe, ni hay intenciones al momento de hacer esta reflexión, de cambiar el calendario escolar para crear una “sucesión de días inhábiles”. Hasta cierto punto es parte del doble de discurso de algunos que exigen cambios, siempre y cuando no sufran afectaciones a sus intereses personales, sin importar que el cambio al final sea más beneficioso para la sociedad.

No obstante, es una realidad que muchos mexicanos, en una gran mayoría, ven bien la modificación de la educación. Ha pasado el tiempo y las escuelas públicas no se han privatizado, ni se han cumplido los fantasmas con los cuales se quería convencer a la sociedad desinformada de que ya no iba a existir educación gratuita. El Estado ha tenido la gran tarea de darle una viabilidad a los cambios constitucionales en materia educativa. Existen errores, porque al final los procesos los hacen humanos y la ley siempre será perfectible. Pero tampoco se ha caído en la calamidad apocalíptica anunciada como el fin de la escuela pública y la introducción de grandes capitales para el logro de ese fin.

Hoy en las escuelas, públicas y privadas se está trabajando. No había de otra que modificar los viciosos privilegios de quienes se refugiaron en la educación por una comodidad y estabilidad económica. Ese gandallismo que tanto afecto a la educación debe quedar atrás. Ahora es tiempo para fomentar y fortalecer el aprendizaje en el aula con auténtico compromiso didáctico.

La tarea es de todos. No solo de las autoridades, maestros y alumnos. La sociedad siempre vigilante será en su conjunto elemento que nos permita retroalimentar la eficiencia del sistema educativo para encontrar las mejoras.

No pasemos por alto que durante la primera década del siglo se cambiaron y modificaron los programas de estudios. El bachillerato se volvió obligatorio, lo que ha movido a una evolución a una educación basada en competencias en la educación media superior. Un modelo que se ajusta a la competitividad y productividad inmerso en el mundo global y tecnificado.

En el caso de Yucatán con el gobierno de Rolando Zapata Bello y justificados con el programa Bienestar Escolar se han repartido equipos de cómputo a niños, adolescentes y maestros de las escuelas públicas. Se ha fortalecido la gratuidad en un sentido más amplio, tal y como lo recomienda la Unesco, al repartirse uniformes, zapatos y útiles escolares. Es la muestra de que hay compromiso gubernamental en apoyar a la educación que fortalece la inversión en capital intelectual y humano de la sociedad.

Por todo eso y más, hoy la educación se convierte y consolida como un pilar fundamental de la sociedad. El cambio está a la vista, en los hechos se encuentra la evidencia que si se quieres hacer las cosas para mejorar en la educación.

Para quienes no quieren sumarse a esta transformación deben quedarse afuera sin menoscabo de sus derechos como trabajadores. Se entiende que la Reforma Educativa de Peña Nieto se diera en un campo de privilegios laborales. El maestro mediocre, que no aporta nada favorable, no se le debe tolerar más. No debe tener cabida en un mundo donde se demanda cada día mayor profesionalidad y competitividad.

AL CALCE. Hay voces que critican el nuevo proyecto de aeropuerto para la Ciudad de México. Quienes han usado las terminales saben de antemano que la hoy infraestructura aeroportuaria no se da abasto. Por la carencia de oficio político se fracaso en Salvador de Atenco. Después no hubo ningún interés más que construir una terminal 2 que resultó insuficiente.

Hoy se hace con visión de desarrollo y sustentabilidad, sin alterar la paz social. ¿No es lo que queremos los mexicanos?


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