chapo guzmanEl asunto no es menor. Uno de los factores determinantes que permitieron las dos fugas de Joaquín Guzmán Loera, alias el “Chapo Guzmán”, fue la red de apoyo entorno a su persona. Desde autoridades en los diferentes niveles de gobierno, las penitenciarías, su equipo y personal cercano, la infraestructura financiera, tecnológica y técnica a su servicio.

Es por ello que una ver recapturado en una segunda oportunidad, si no se logra el desmantelamiento de esa red de apoyo, es posible que existe una tercera oportunidad viable de fuga. Una red tan sofisticada que permitió la fuga de una cárcel de máxima seguridad.

Sin embargo, la situación se ha complicado con la participación de productores y connotados artistas que al parecer son parte de esa red de apoyo. La entrevista de Sean Penn para la revista Rollings Stones es propiedad de una casa productora de la actriz mexicana Kate del Castillo. La misma que hace tres años expresó en una carta pública sobre sus ideas una afinidad favorable al Chapo Guzmán.

Al parecer de las palabras se pasó a la acción. Interesado y como parte de la estrategia del narcotraficante se buscó a Kate del Castillo para organizar un proyecto fílmico para limpiar su imagen. Una acción que parecería desprenderse de la serie “El Señor de los Cielos” que una segunda temporada se relaciona el mundo del narcotráfico con esferas del espectáculo, precisamente para esos fines: limpiar la imagen pública de los narcotraficantes, en la serie en personaje de Aurelio Casillas.

Sobre si Kate del Castillo o Sean Penn deban ser procesados judicialmente por este vínculo es tarea de las autoridades encontrar las causales jurídicas para motivar su acción penal. Es importante destacar que no estamos ante una presunción de inocencia o un sujeto en proceso penal. Joaquín Guzmán ya tiene una sentencia firme que lo condena una sanción privativa de su libertad. Al escaparse cometió una afrenta más en su historial delictivo. Por lo cual, es deber del ciudadano dar a conocer a la autoridad la información pertinente de su localización en caso de saberla. Y por una obviedad, no participar en actos, acuerdo o ayudas que se relacionen con algún beneficio directo o indirecto para quien ha eludido intencionalmente el cumplimiento de su sentencia.

El abogado que participó en la organización de la segunda fuga se encuentra en proceso junto con las autoridades y custodios carcelarios que según la autoridad tienen una responsabilidad penal, de la cual, deben responder a la sociedad. Se entiende, por sentido común y llana simpleza, que quien ayude a un prófugo de la justicia se convierte, por lo menos, en un coludido de esa acción.

De nada servirá sentirse triunfantes de la recaptura que se hizo en menos de un año de la fuga. La eficiencia en la misión se debe complementar con las acciones complementarias relacionadas con esa red de apoyo. Para esto es necesario un trabajo de inteligencia técnica, jurídica y financiera.


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