A pesar de ser semana de asueto, la discusión sobre temas de política y sociedad se dispararon con la captura del enemigo número uno del sistema político actual: el ex gobernador de Veracruz Javier Duarte.

Desde el punto de vista mediático Duarte representa el peor caso de corrupción en cuanto lavado de dinero, operación de recursos de procedencia ilícita, enriquecimiento ilícito y muchas otras linduras que tienen que ver con atentados contra la libertad de expresión y presunta responsabilidad en hechos sangrientos contra periodistas. Justo en tiempos de mayor compromiso en transparencia y rendición de cuentas y de una opinión pública incipiente en temas políticos y de actuación gubernamental en las redes sociales.

Con la captura se están manejando diferentes interpretaciones. Desde lo que dicen es una muestra de la recomposición política de Enrique Peña Nieto hasta que todo es una simulación pactada para salvar los procesos electorales del Estado de México y la presidencial de 2018.

Sin embargo, algo que es fácil de deducir en el ánimo de la gente es que difícilmente este hecho pueda representar un lavado en la imagen del presidente Enrique Peña Nieto. Es claro que el hartazgo social en la desconfianza que la ciudadanía en la clase política, partidos, instituciones y marco jurídico es tan grande que nada parece ya contentar y convencer a la población.

Por ello el caso de Duarte desnuda la realidad de nuestro sistema político. Nos enfrenta a la reflexión del deterioro social y político al que hemos dejado llegar en el país.

La acción política en vez de redireccionar los esfuerzos hacia las causas comunes y del bien colectivo por encima de los intereses de grupo, de partido o particulares, todos se aprovechan para sacar “raja” de sus posiciones y cotas de poder. Así vemos como se encumbran posiciones y se disfruta de las delicias de poder mientras que los sectores más vulnerables y la diversidad de problemas sociales no se atienden como debieran.

¿Cómo poder entender cuando se dice que en México no hay dinero para más programas sociales, de atención a sectores vulnerables y mejoramiento de servicios públicos?

Vemos una danza de muchos miles y millones de pesos que “gobernadores rata” se han apoderado y disfrutan a costa de la precaria situación del país. Mientras que los “jodidos” continúan estando más “jodidos”.

¿En dónde estaría la base para solucionar todo lo anterior?

Es muy fácil pensar en primera instancia en un salvador. Así lo están considerando muchos que ven en la figura de Andrés Manuel López Obrador al político antisistémico y mesías que vendrá a darle la paz y la tranquilidad al país. Sin embargo, es claro ver como el político tabasqueño ex priista se está rodeando de diversos políticos que se distinguieron con actos corruptos dentro de ese PRI que él acusa de ser parte de la mafia del poder.

Pero parece que eso no importa a sus seguidores. Ejemplo de esta ceguera es un caso de un usuario en redes sociales que confrontado en la realidad que rodea a AMLO me contesta que solo ve la aportación de intelectuales como Elena Poniatowska.

¡Vaya manera de cerrar los ojitos para no ver la podredumbre y el estiércol político!

Pero no nos extrañe. Es la misma miopía, intencional o no consciente, que tuvieron desde Vicente Fox, Felipe Calderón y hasta la administración de Enrique Peña Nieto al no querer o no poder actuar contra Yarrington, Padres, Duarte y otros que siguen en el escrutinio público y denostación política ciudadana.

AL CALCE. Algo está sucediendo en la SEGEY con el manejo de información. A inicio de semana emitió un boletín con el título “Cumple la SEGEY con pago a maestros de tiempo completo y jornada ampliada”. Pero en las redes sociales abundó el reclamo de eso era falso. Por lo menos se debía a muchos docentes el pago correspondiente al mes de marzo, por lo cual el título del boletín arroja una información no verídica. Entonces ¿qué es lo que está pasando?


Espero que esta publicación sea de tu interés. Me gustaría seguir en contacto contigo. Por lo cual te dejo mis principales redes para dialogar y comentar los temas de interés para la sociedad y nosotros.