Hoy vivimos un mundo muy diferente al que existía hace 10 años. En gran medida vino a revolucionar la realidad con las redes sociales. Lo que ha significado una apertura mucho más amplia de las formas de comunicación e interrelación humana.
Es un proceso de democratización que aun con las ventajas se presentan riesgos que no asumidos con responsabilidad pueden afectar la dinámica de las sociedades.
Hoy cualquier persona sin ser experto en informática tiene la capacidad de publicar lo que sea en las condiciones que quiera. Así como lo hace con nombre, imagen y firma también se lo puede hacer con seudónimos o perfiles falsos. Esto con la evidente razón de ofender, difamar y calumniar a otros usuarios.
También abundan las “fake news” o noticias falsas. Intenciones más claras de posicionar una situación contraria a la realidad. Se aprovechan de una ingenuidad de los otros usuarios que aunado a la pobre facultad de analizar la información se toman como serias y verdaderas.
Este es el mundo que vivimos. Uno que resulta interesante por la posibilidad de conocer de primera mano muchos hechos, circunstancias y situaciones en cualquier parte del mundo. Uno que nos permite explorar y llegar a muchos lectores, compartir ideas e intercambiar opiniones más allá de las fronteras locales.
Hay quienes se oponen a la regularización de la Internet y sobre todo de las redes sociales. Lo que se considera la intención como un atentado a la libertad de expresión. Pero como ejercicio de poder requiere de responsabilidad.
¿Estamos asumiendo la responsabilidad adecuada para manejar de forma óptima y con veracidad la información en las redes sociales?
Una pregunta que debemos reflexionar con seriedad.
No podemos ir para atrás ni retroceder en la evolución social ni tecnológica. Pero si adaptarnos al mundo y a la realidad que vivimos.
Espero que esta publicación sea de tu interés. Me gustaría seguir en contacto contigo. Por lo cual te dejo mis principales redes para dialogar y comentar los temas de interés para la sociedad y nosotros.