La diputada María Luisa Beltrán Reyes (PRD) propuso exhortar a la Secretaría de Educación Pública a que diseñe e implemente una estrategia de política integral que atienda las brechas de desigualdad que se presentan en la formación indígena y comunitaria del Sistema Educativo Nacional.
De acuerdo con el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), en México uno de cada cinco niños de tres a 5 años, y uno de cada cuatro de 15 a 17 años, no asisten a la escuela. Además, la desigualdad educativa a la que se enfrentan los alumnos afecta principalmente a la población indígena y comunitaria.
En un punto de acuerdo que presentó en la Permanente y que analiza la Segunda Comisión, precisó que en la educación indígena destaca la ausencia de materiales en todas las lenguas y, en caso de existir, en su mayoría se encuentran desactualizados o están fuera de contexto, e incluso, en muchas ocasiones su distribución no es oportuna.
La falta de docentes y la escasa capacitación que se les brinda perpetúan la problemática debido a que muchos de los maestros no cuentan con la formación para hacer uso de los recursos materiales que existen en idioma español.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reveló que en 2015 había casi siete millones 382 mil 785 hablantes de lenguas indígenas, lo que representa el 6.5 por ciento de la población total del país, y 45.3 por ciento de la hablante de lenguas indígenas tiene entre 3 y 30 años; 24.9 por ciento, de 15 a 29 años.
Beltrán Reyes recordó que para brindarle educación básica a la población que vive en localidades con alto o muy alto grado de rezago social y educativo, se creó la Educación Comunitaria impartida por el Consejo Nacional de Fomento Educativo.
A diferencia de la indígena, esta modalidad se ofrece por medio de Líderes para la Educación Comunitaria, integrados por jóvenes entre 16 y 29 años que, durante uno o dos ciclos escolares, realizan un servicio social, impartiendo clases a niños y niñas de nivel preescolar o primaria en pequeñas comunidades rurales o indígenas, en campamentos agrícolas y en escuelas multigrado.
Puntualizó que tanto la educación indígena como la comunitaria presentan rezago en cuanto a la entrega de materiales didácticos, pero se les suma otras carencias básicas que resaltan el problema. De acuerdo con datos del INEE en 2015, 56 por ciento de los centros de enseñanza indígenas multigrado y 44 por ciento de las primarias comunitarias no contaban con tazas sanitarias para uso exclusivo de los estudiantes.
De la misma forma, más de la mitad de las escuelas indígenas y comunitarias carecían de agua todos los días de la semana, así como 12 por ciento de las multigrado y 42 por ciento de las comunitarias requerían energía eléctrica.
Además, la Evaluación de Condiciones Básicas para la Enseñanza y el Aprendizaje encontró que 57 por ciento de los centros educativos del país no tiene computadoras para uso de los alumnos; este porcentaje aumenta hasta 93 por ciento entre las comunitarias, y es superior a 60 por ciento en las indígenas y multigrado.
La diputada del PRD externó su preocupación de que algunos infantes, desde el momento de ingresar a la primaria, están en situación de desventaja respecto de sus aprendizajes, particularmente entre los que acuden a escuelas comunitarias y rurales públicas, las cuales atienden a poblaciones en situaciones de mayor vulnerabilidad socioeconómica.
“Un compromiso por parte del Estado es asegurar una educación de calidad e inclusiva en condiciones de equidad; por ello, resulta necesario crear estrategias que garanticen el derecho a la educación de niños, niñas y adolescentes que viven en zonas de pobreza, aislamiento y alto rezago social del país”, afirmó.
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