A los niños se les debe enseñar a pensar,
no qué pensar
Margaret Mead

Quien es maestro hoy en día conoce de primera mano la dificultad que existe para lograr cumplir los objetivos de aprendizaje en los espacios áulicos. Los alumnos, de todas las edades, parece que tiene la mente dispersa ante el esfuerzo que los docentes, día con día, actividad tras actividad, hacen para lograr generar conocimientos y aprendizajes.
No hay duda de que estamos enfrentando un gran desafío educativo, porque las características contextuales del mundo moderna, cada vez más tecnológico y globalizado, vienen moldeando las características cognitivas, psicoemocionales y de interacción de los niños, niñas y adolescentes.
Ya no bastan las tres principales teorías del aprendizaje – conductismo, cognoscitivismo y constructivismo – para encontrar las pautas que permiten la aplicación de los postulados de cada una de ellas dependiendo del paradigma teórico del maestro. Tales teorías se construyeron en un mundo diferente, donde aún no se tenía como tampoco se habían permeado las tecnologías de la información actuales.
Es por ello, que George Siemmens en 2004, un especialista norteamericano en temas de investigación del aprendizaje nos propone una cuarta vía, que ha sido denominada el CONECTIVISMO. Aunque para algunos, tal postulado no constituye propiamente una teoría del aprendizaje integral como las tres principales anunciadas anteriormente, si logra complementarlas y aportar como se integra la tecnología en el proceso de aprendizaje.
Muchos maestros hemos escuchado en el discurso la urgencia de volcar los esfuerzos a la construcción y consolidación de comunidades de aprendizaje. Sin embargo, pocas veces nos ilustran de la forma y el modo de como constituirlas.
Una COMUNIDAD DE APRENDIZAJE no se puede construir sin no se parte de la realidad concreta del propio estudiante que adquiere y construye su bagaje de conocimientos, habilidades y actitudes a partir del análisis de su propia experiencia. Esto implica afrontar el tema del aprendizaje desde otra perspectiva que no resulta tradicionalista.
Hoy el conocimiento ya no es propiedad de nadie. Con la expansión de los medios electrónicos de publicación y más con las redes sociales se ha generalizado la proliferación de contenidos diversos a los cuales el individuo que vive en este mundo global tiene acceso desde los diferentes medios electrónicos a su disposición.
¿Verdaderamente hay congruencia entre las actividades de aprendizaje con la forma de acceder al conocimiento y a la interacción social del mundo global y tecnológico?
Mientras se avanza en ese cambio social y estructural del conocimiento, los maestros seguimos intentando construir el aprendizaje con base memorística y alejado de la forma como los niños, niñas y adolescente hoy acceden a toda la información que se encuentra en la red que virtualiza la concreción del conocimiento.
No se pretende responsabilizar al docente de ser el culpable de la desincronización que se señala anteriormente. Debemos fijarnos que la cultura educativa, entendiendo como los principios legales, paradigmáticos y sociales que caracterizan la forma de educar, nos empuja a continuar por un sendero impertinente ante esta realidad que nos ha llegado y no enmarca nuevas necesidades de reforma en los procesos de enseñanza-aprendizaje.
Es la evidencia de la falla estructural del sistema educativo que no avanza. Al contrario, retrocede de manera inversamente proporcional a la situación de la realidad.
Es por ello justificable la desconexión del estudiante con el trabajo áulico porque no le encuentra el sentido. Por lo cual, la interpretación de la realidad ajena nos aleja de ese APRENDIZAJE SIGNIFICATIVO que pretendemos alcanzar como objetivo fundamental en cada una de las áreas temáticas en el salón de clase.

¿Cómo se puede recomponer el proceso de aprendizaje?

* Interactuando con la realidad y el mundo tecnológico.

* Fortaleciendo la motivación del estudiante en la conveniencia de su propio proceso de aprendizaje.

* Abriendo la posibilidad de recurrir a todos los medios, espacios y herramientas tecnológicas que tiene a disposición un estudiante.

* Los maestros debemos cambiar nuestro paradigma de la verdad absoluta y flexibilizar nuestras concepciones para abrirse a nuevos contenidos y formas de pensar.

* Sobre todo, los docentes deben dejar de ser “maestros” en el sentido estricto de su significado para ser uno más, un alumno que igualmente tiene la oportunidad de aprender de los nuevos contenidos y procesos individuales que enmarcan el proceso de aprendizaje.

Para saber más:

Artículo: Constructivismo y constructivismo social <dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/5857466.pdf> (archivo PDF)
Artículo: ¿Qué es el conectivismo? <cead.pressbooks.com/chapter/2-6-conectivismo/>
Artículo: Realidades, construcciones y dilemas. Una revisión filosófica al construccionismo social <scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0717-554X20130 00100002>


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