*El biógrafo y musicólogo Carlos Fuentes y Espinosa Salido expone, en entrevista, algunas de las razones por las que debe escucharse al compositor italiano en el día de su nacimiento* Por Juan José Flores Nava
México, 29 de febrero (Notimex).— Sólo una vez cada cuatro años es posible conmemorar el natalicio del compositor Gioachino Rossini el mismo día en que llegó al mundo: un 29 de febrero. Por eso, para uno de sus biógrafos, el físico Carlos Fuentes y Espinosa Salido, es importante no dejar pasar la oportunidad para hablar del autor de la que, sin duda, es una de las óperas bufas más conocidas: El barbero de Sevilla.
      Gioachino Antonio Rossini nació en Pésaro, uno de los Estados Pontificios localizados en lo que hoy es Italia, durante 1792, y murió en París mientras corría el año 1868. Su obra, según Fuentes y Espinosa Salido, es una llave mágica para conocer el mundo de la ópera, pues sus composiciones son la quintaesencia musical de la elegancia, la belleza y la universalidad.
      En entrevista con Notimex, el también musicólogo y autor de biografías de Isaac Newton, Galileo Galilei y E. T. A. Hoffman, explicó que la base del encanto de la genialidad rossiniana para conquistar el espíritu de quien escucha su música, estriba en que transmite una alegría enorme de vivir. “Es un canto a la vitalidad, al ser humano, a la vida. Es un canto que nos convence, que nos alegra”.
      “Rossini escribió 40 óperas, pero hay un detalle muy significativo en este dato: durante 1810 estrenó su primera ópera (aunque ya antes había escrito otra), pero dejó de escribir óperas en 1829. Es decir, el periodo en el que escribe ópera no llega siquiera a 20 años, es muy breve. Hay, por lo tanto, un período enorme, de unos 40 años (pues muere en 1868), en el que prácticamente no escribe ópera, lo que no quiere decir que no escribiera música”, expresó Fuentes y Espinosa Salido.
      También recomendó que como puerta de entrada al mundo creativo de Rossini, se escuchen completas tres obras cumbre: El barbero de Sevilla, La italiana en Árgel y La Cenicienta. De las tres, la que más complace a Fuentes y Espinosa Salido, es, dijo, La italiana en Árgel. Sin embargo, la que más recomienda escuchar es La Cenicienta, pues mantiene un perfecto equilibrio entre los elementos que la componen.
      “Es importante que en este momento que vive la humanidad, utilicemos la música rossiniana como un bálsamo contra los embates de la situación que atravesamos, de las condiciones difíciles en las cuales vivimos, debemos usarla como un acicate a la felicidad, hacia un carácter (si se quiere) epicúreo, para sobrellevar tanta tragedia y tanta desgracia que enfrentamos en nuestros días. La música de Rossini nos brinda, sin duda, un momento de paz y tranquilidad, nos enriquece el espíritu. He ahí el elixir de la música rossiniana”.


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