El día de hoy los manifestantes de FRENAA, se apostaron frente a los policías que custodian el acceso al zócalo de la Ciudad de México, para exigirles del derecho de paso sustentado en la libertad de tránsito para la protesta que tienen programada contra el gobierno de López Obrador. En su defensa tienen en su poder un acto de suspensión de oficio del juez federal VI de Distrito de la Ciudad de México que en su lectura se sentencia la protección constitucional a favor de la libertad de tránsito y el derecho a la protesta.

Mientras tanto, en otro evento el presidente Andrés Manuel López Obrador asegura que los manifestantes de FRENAA tiene garantizado el derecho de la protesta, que no se les molestará para que puedan quedarse a dormir en las casas de campaña y no en hoteles, en la conocida ironía que tanto le gusta el presidente expresarse contra sus detractores.

Sin embargo, ante la transmisión que el FRENNA en redes sociales en vivo, es muy claro que “alguien” de la policía capitalina pretende quedar bien con la presidencia y decide dar la orden a los uniformados de la seguridad pública de no ceder ante las exigencias de los manifestantes y lo que es muy grave, hacer caso omiso de un mandato constitucional obtenido por la vía de amparo.

Esto conlleva a que las autoridades responsables, en primera instancia, los comandantes de la policía y las demás autoridades superiores involucradas en este acto de atentado contra la orden judicial que intenta proteger derechos fundamentales, deben ser PROCESADAS, ENJUICIADAS, SUSPENDIDAS Y ENCARCELADAS por violar principios constitucionales.

¿Qué es lo que tanto teme la #4T?

Hoy quedo exhibida la arbitrariedad y prepotencia al no permitir que se apostarán en casas de campaña los manifestantes en el zócalo del país. Parecería que esta estrategia es únicamente exclusiva y válida para los simpatizantes de la Cuarta Transformación. Recordemos como en un pasado no lejano, el hoy presidente Andrés Manuel López Obrador “estrangulo” la vialidad el icónico, simbólico, comercial y turístico Paseo de Reforma.

Hoy, contra lo que dice en el discurso el presidente López Obrador, la evidencia es clara. No se va a permitir la protesta, aún así se falte a cumplir una orden judicial.

¿Cuáles serán los “otros datos” que tiene el presidente sobre lo que está pasando en el país?

En la realidad la presidencia no ha podido cumplir con sus principales propuestas. No hay combate real a la corrupción. La economía está en decaimiento. No pudo frenar las muertes por Covid-19 por debajo de las 60 mil, la cifra de la catástrofe. Tampoco se ha podido de dotar de los medicamentos para los niños con cáncer. Las mujeres hoy se sienten desprotegidas ante la violencia y el aumento de feminicidios mientras se disminuye el presupuesto para atender a las víctimas de estos problemas sociales, sin que existe de manera paralela campañas de concientización o políticas públicas para la prevención. Las matanzas y masacres no han cesado, inclusive son blanco de la burla presidencial. La corrupción ha alcanzado a miembros destacados y cercanos a la Cuarta Transformación sin que exista dentro de sí misma procesos autocríticos para limpiar de esos errores a la administración pública. Y, por último, tampoco se ha vendido el avión presidencial. Se hizo la rifa, pero el avión aún queda y nos sigue costando a los mexicanos.

El derecho de la protesta, mientras sea pacífica y no ataque a terceros o a la moral pública, debe ser garantiza, pero hoy la EVIDENCIA ESTÁ EN LOS HECHOS.

Quien se diga un demócrata no puede ser complaciente de esta acción del gobierno. Hay una verdad que no se puede negar, a menos que uno sea ciego e ignorante ante la realidad jurídica, social, económica y política de lo que en estos momentos está sucediendo en México.

 

 

 


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