En este último mes la humanidad he quedado estupefacta ante la invasión de Rusia a Ucrania. Si somos honestos los conflictos entre los países es de todos los días. Tenemos los casos recientes de Siria y de Afganistán. Bajo la perspectiva e ideología política no se puede afirmar quienes son los buenos o malos ya que todo depende de los valores e interpretaciones subjetivas. Lo único que es cierto es que cualquier conflicto bélico trae muerte, dolor y sufrimiento a la población civil que resulta afectada.

Entonces ¿Por qué hay una sobre atención ante lo que está sucediendo entre Rusia y Ucrania por encima de los otros conflictos internacionales?

Tengamos en cuenta que Europa en el siglo pasado fue el escenario de dos conflictos bélicos de gran envergadura. La Gran Guerra o Primera Guerra Mundial entre los años de 1914 a 1918. Posteriormente, después de un periodo de relativa calma, la Segunda Guerra Mundial que inicia en 1939 hasta 1945 cuando son derrotadas la Alemania Nazi en Europa y Japón en el Pacífico.

Después de ambos grandes conflictos, los líderes europeos junto con China, Rusia y los Estados Unidos configuraron un mecanismo internacional para intentar buscar formas diplomáticas para disminuir las tensiones internacionales y evitar nuevamente una confrontación, especialmente en Europa. Bajo esta perspectiva se constituyó la Organización de las Naciones Unidas y en ese escenario de entendimiento se crearon instrumentos legales internacionales como los convenios de tratados internacionales, la Declaración de los Derechos Humanos y organismos como la Corte Internacional de Justicia.

No obstante, de esos esfuerzos, en la década de los 60 hasta la caída del muro de Berlín, el riesgo de una confrontación nuclear generó tensión por las diferencias entre el bloque capitalista, encabezado por los Estados Unidos de Norteamérica, y el socialista, por la entonces Unión Soviética. Un elemento que generó diferentes conflictos en el mundo y la preocupación de una eventual guerra nuclear. Un evento mundial que se conoció como la guerra fría.

A pesar de las diferencias surgidas y consolidadas por las posturas políticas, la experiencia y resultados de las guerras mundiales que dieron origen a esos mecanismos de integración y entendimiento internacional, la presunción de un estallido de guerra en el continente europeo resultaba difícil de concebir.

Es por ello de que nos resulta muy difícil de entender y asimilar el conflicto entre Rusia y Ucrania. Además, Rusia es una de las naciones que son parte de los cinco integrantes del Consejo de Seguridad de la ONU que por ser una superpotencia militar y líder de una visión política su papel debe ser encontrar equilibrio entre los conflictos. Y hoy, es una nación agresora y por la información que se comparte en las redes sociales y medios de comunicación internacionales, la atrocidad contra la población civil es difícil de aceptar.

Por tal motivo hay un rechazo general a este conflicto bélico y la solidaridad tiende a estar a favor de la nación agredida, es decir, de Ucrania.

 

 

 


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