Sevilla (España), 1 may (EFE).- Después de estar dos años suspendida a causa de la pandemia de coronavirus, la Feria de Abril de Sevilla (sur español) vuelve a celebrarse desde este domingo con el bullicio y la alegría característicos y las ganas de diversión con familiares y amigos durante unos días primaverales.
La semana festiva más esperada por los sevillanos comenzó, como es tradición, con el encendido la noche pasada de las más de 200.000 bombillas que alumbrarán las 15 calles del recinto ferial, de 275.00 metros cuadrados, plagadas de casetas (más de mil), donde se comen productos típicos, se baila y se estrechan relaciones sociales.
Pero los sevillanos no son los únicos que la disfrutan, sino que miles de personas llegan procedentes de otros lugares de España, incluso del extranjero, para saborear su ambiente y su colorido, así que las aglomeraciones se dan por seguras. Para prevenir riesgos, se ha desplegado un dispositivo sanitario y de seguridad.
Después de las fuertes restricciones debidas a la crisis sanitaria, los hosteleros y los hoteleros sevillanos confían en recobrar muchos de los clientes de años anteriores, pues cientos de miles de personas se pasan por la feria, que tiene un importante atractivo turístico y mueve en torno a 900 millones de euros (950 millones de dólares).
Llevar la mascarilla puesta ya no es obligatorio en España al aire libre ni en espacios interiores, salvo algunas excepciones.
La portada ferial de este año recupera el diseño previsto para 2020, que no llegó a montarse, pues España estaba confinada y se habían prohibido todo tipo de celebraciones sociales. Está inspirada en el edificio del Hotel Alfonso XIII de la ciudad.
Fundada a mediados del siglo XIX, su origen fue un mercado de ganado. Este año se celebra en mayo por motivos de calendario, ya que la Semana Santa fue a mediados de abril.
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