Bogotá, 14 jul (EFE).- La gastronomía de América Latina valoriza la cultura y la identidad de sus países, al tiempo que ayuda al desarrollo social, asegura en una entrevista con Efe en Bogotá el director del Basque Culinary Center (BCC), Joxe Mari Aizega.

“La gastronomía latinoamericana sigue en su camino de poner en valor la cultura y la identidad, la despensa, el trabajo de los productores, trabajar con ellos para generar más valor añadido, mejorar sus condiciones”, dice Aizega.

Para el experto, “hay un gran trabajo de seguir poniendo en valor” y “desarrollando y transmitiendo esa riqueza que se puede generar en toda la cadena”.

También valoró que la región “es un entorno amigo, es un entorno cercano” para el BCC, pues el centro cuenta con “muchísimos estudiantes latinoamericanos” y también invita a muchos chefs de esta zona del mundo para que vayan a San Sebastián (España) a “dar sus clases”.

“Es un diálogo y yo creo que en ese diálogo surgen también proyectos, surgen iniciativas. Acabo de hablar, por ejemplo, con un alumno que me estaba contando lo que está haciendo para poner en valor el cacao y de hacer un desarrollo del cacao desde la planta, desde la tierra donde se cultiva (en Colombia)”, detalló Aizega.

LA IMPORTANCIA DE DISCUTIR LA COMIDA

El director del BCC está en Bogotá por el Foro Gastronómico Internacional Alimentarte, que se celebra esta semana en la capital colombiana y que ese centro organiza junto a la Fundación Corazón Verde.

Este foro es uno de los principales espacios de discusión del sector gastronómico para Colombia y Latinoamérica y para Aizega es necesario que se realice porque se debe impulsar “consciencia de la dimensión y de la capacidad que tiene la gastronomía para generar desarrollo, economía y empleo”.

“Tenemos que ser conscientes los del gremio, pero también las instituciones públicas tienen que ser conscientes de que esto es un sector importante”, explicó.

En ese sentido, para el Basque Culinary Center es clave “estar conectado con países, culturas, cocineros y cocineras de todo el mundo” y Colombia ha sido un punto clave por el vínculo que han creado con la Fundación Corazón Verde, con la que organiza el Foro Alimentarte.

“Es una forma de cumplir nuestra misión de organizar eventos, de reunir a cocineros de diferentes ámbitos, productores, generar espacios de reflexión de debate y es muy interesante también para nosotros escuchar porque al final nos ayuda a escuchar lo que está pasando con la gastronomía en Colombia, en Latinoamérica y también eso luego hace que cambiemos nuestros programas”, recalcó Aizega.

El BCC aporta al foro “una visión de la gastronomía, yo diría 360 grados, en el diseño del programa, en organizar las mesas de debate, en las demostraciones de cocina, para un poco desarrollar esa visión integral de la gastronomía, que creo que es la que corresponde hoy en día”, dice.

Por ello, el Foro Gastronómico Internacional Alimentarte cuenta con la participación de los chefs de Maksut Askar, de Turquía; Diego Hernández, de México; Franco Pepe, de Italia; Lucía Freitas, Blanca del Noval y Martina Puigvert, de España, y Jeferson García, Jaime Torregrosa y Denise Monroy, de Colombia, entre otros.

También estuvieron los colombianos Harry Sasson y Juan Felipe Camacho y el español Xanty Elías.

RECONOCIMIENTO A LEONOR ESPINOSA

Durante el foro, Leonor Espinosa, elegida como la mejor chef del mundo por “The World’s 50 Best”, recibió un homenaje por “todo el trabajo hecho por Colombia”.

“Yo creo que el trabajo que lleva haciendo durante muchos años Leonor Espinosa es extraordinario. En el 2017 ya ganó un premio que nosotros lanzamos, que era para chefs que promovían iniciativas transformadoras. Con su fundación FunLeo ganó el Basque Culinary World Prize”, expresó Aizega.

Espinosa, que nació y creció en el Caribe colombiano, fue reconocida en 2017 como la Mejor Chef Femenina de América Latina.

Su restaurante Leo, ubicado en el residencial barrio Chapinero de la capital colombiana, defiende la biodiversidad sustentable como una forma alternativa de fortalecer la identidad cultural y generar bienestar, algo para lo que trabajan directamente con los agricultores de diferentes zonas de Colombia.

De esta filosofía nació la fundación socioambiental Funleo, que dirige junto a su hija Laura Hernández Espinosa, que tiene como objetivo apoyar a las comunidades indígenas y a través de la cual reintroduce el conocimiento culinario ancestral de algunas de ellas.

“Hemos conocido desde el principio a Leonor y le hemos seguido y yo creo que es una gran profesional, es un ejemplo. Y que hoy estuviera aquí y hayamos podido hacerle este reconocimiento es lo mínimo que podíamos hacer”, concluyó Aizega

 

 

 


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