Srinagar (India), 5 sep (EFE).- Una selección de las famosas alfombras hechas a mano en Cachemira adornará el nuevo edificio del Parlamento indio, una simbólica incorporación que carga consigo la tensión por el poder que ejerce Nueva Delhi sobre el disputado territorio, al que le retiró la semiautonomía hace tres años.

Unos 50 artesanos de la remota aldea de Khanpur, una localidad cachemir donde las familias se dedican mayormente a la fabricación de los textiles, llevan casi un año trabajando en los tejidos de la colección que ocupará los espacios del nuevo Parlamento, que será inaugurado a finales de este año para el periodo de sesiones de invierno.

“Para mí es un privilegio poder hacer estas alfombras para la nueva sede del Parlamento”, dijo a Efe el propietario de Tahiri Carpets, Qammar Tahiri.

La compañía de artesanos, que cuenta con más de 400 tejedores y una tradición de décadas en la industria de las alfombras, recibió en noviembre del año pasado el encargo de las piezas que están siendo elaboradas con tejidos de seda y diseños tradicionales de la región.

EL CONFLICTO

Este encargo supone un alivio para Tahiri, que forma parte de un sector que, al igual que otros de la economía local, se ha visto muy afectado por la inestabilidad por las recientes medidas de Nueva Delhi para ejercer más control sobre esta región con profundos sentimientos separatistas, que se suma a décadas de disturbios.

Los artesanos cargan también con los efectos de la industrialización del sector, con alfombras a precios bajos que compiten con el minucioso trabajo manual que requiere de meses de dedicación, y obliga a cada vez más tejedores a buscar oficios alternativos para ganarse la vida.

Para el artesano Bashir Ahmad Chopan, uno de los tejedores de Tahiri Carpets, el proyecto del Parlamento ha servido para dar un nuevo aliento a la comunidad de tejedores que ha estado desvaneciéndose.

“Ahora nos están pagando una buena cantidad por día”, dijo a Efe Bashir.

La industria de las alfombras desempeña un papel clave en las actividades económicas de Cachemira y tiene una gran contribución a las exportaciones del sector artesanal, explicó a Efe un funcionario del Departamento de Industria de la región en condición de anonimato.

Según esto, las alfombras de la Cachemira india, que gozan de una identidad única en el mercado global de telares manuales y productos artesanales, se exportan a por lo menos 25 países.

Otro tejedor del mismo pueblo de Khanpur desea que esto sea solo el comienzo de una recuperación del sector: “Si eso sucede, también podremos tener una vida mejor”, dijo.

Varios de los artesanos de alfombras Tahiri tienen la esperanza de que las piezas que adornarán el nuevo edificio del Parlamento indio ayudarán a recibir más pedidos y que eventualmente impulsarán su arte tradicional y sus salarios.

El nuevo edificio del Parlamento que construye el Gobierno del primer ministro indio, el nacionalista hindú Narendra Modi, es parte del proyecto de renovación y desarrollo Central Vista, un antiguo símbolo del poder colonial británico que el mandatario busca renovar con esencia nacional.

Con mayoría en esa Cámara nacional, el gobierno de Modi consiguió abolir en agosto de 2019, por sorpresa y en menos de 48 horas, el estatus de semiautonomía del que gozó por décadas Cachemira, revocando con ello derechos históricos de esta región de mayoría musulmana, aunque Nueva Delhi dijo que buscaba un mayor desarrollo.

“Pedir alfombras de Cachemira es sin duda un acto llegado desde las altas esferas estatales para dar el mensaje a las masas indias de que Cachemira pertenece a la India”, aseguró a Efe un analista cachemir, que pidió el anonimato por miedo a posibles represalias.

La India y Pakistán se disputan la soberanía de la región desde la partición del subcontinente en 1947, y por ella han librado tres guerras y otros enfrentamientos menores

 

 

 

 


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