Por Idrees Ali y Jonathan Landay

WASHINGTON, 10 abr (Reuters) – La comunidad de seguridad nacional de Estados Unidos está lidiando con las consecuencias de la publicación de decenas de documentos secretos, incluido el impacto en el intercambio de información sensible dentro del Estado y los lazos con otros países, dijeron dos responsables estadounidenses.

Reuters ha revisado más de 50 de estos documentos, etiquetados como “secretos” y “ultrasecretos”, que aparecieron por primera vez en las redes sociales a principios de marzo y que supuestamente revelan detalles sobre las vulnerabilidades militares ucranianas e información sobre aliados como Israel, Corea del Sur y Turquía. El material no llamó mucho la atención hasta que el New York Times publicó un artículo el viernes.

Reuters no ha verificado de forma independiente la autenticidad de los documentos. Autoridades estadounidenses han dicho que algunas estimaciones de bajas en el campo de batalla de Ucrania parecían haber sido alteradas para subestimar las pérdidas rusas.

La filtración alarmó tanto al Pentágono que remitió el asunto al Departamento de Justicia, que ha abierto una investigación penal sobre la divulgación de los documentos.

Dos responsables de Defensa estadounidenses, que hablaron bajo condición de anonimato debido a la delicadeza del asunto, dijeron que el Pentágono estaba examinando los procedimientos que rigen la amplitud con la que se comparten algunos de los secretos más sensibles de Estados Unidos.

Según uno de los responsables, es muy probable que algunos de los documentos hayan estado disponibles para miles de personas con autorizaciones de seguridad del Gobierno de EEUU y de países aliados a pesar de ser altamente sensible, ya que la información afecta directamente a esos países.

El Pentágono informó el domingo en un comunicado que un esfuerzo interinstitucional estaba evaluando el impacto que los documentos fotografiados podrían tener en la seguridad nacional de Estados Unidos, así como en la de sus aliados cercanos, un procedimiento estándar conocido como “evaluación de daños” en caso de filtración de información clasificada.

El primer responsable dijo que el número de personas que tuvieron acceso a los documentos subraya que la información sensible tal vez estaba siendo compartida demasiado ampliamente con personal que podría no requerir el nivel de detalle que algunos de los documentos contenían.

“El Pentágono ha tenido que restringir el acceso ilimitado a parte de la información más delicada cuando no tiene ninguna razón justificada para obtenerlo”, dijo el primer responsable.

Los dos responsables dijeron además que, aunque las filtraciones eran muy preocupantes, muchas de ellas solo proporcionaban instantáneas del tiempo en febrero y marzo —cuando estaban fechadas—, pero no parecían revelar nada sobre futuras operaciones.

Aunque la publicación de documentos parece ser la filtración pública más grave de información clasificada en años, los responsables dicen que hasta ahora no alcanza la escala y el alcance de los 700.000 documentos, videos y cables diplomáticos que aparecieron en el sitio web de WikiLeaks en 2013.

EN BUSCA DE UN MOTIVO

El primer responsable de Defensa dijo que los investigadores del Pentágono estaban tratando de determinar quién tendría un incentivo para filtrar este tipo de información.

Desde que la filtración salió a la luz por primera vez en marzo, los investigadores han estado siguiendo teorías que van desde alguien que simplemente comparte los documentos para mostrar el trabajo que estaban haciendo a un topo dentro de la comunidad de inteligencia o militar de Estados Unidos, agregó el primer responsable.

Daniel Hoffman, un antiguo alto agente encubierto de la CIA, dijo que, dadas las actividades pasadas de las agencias de inteligencia de Moscú, era “muy probable” que los operativos rusos publicaran documentos relacionados con Ucrania como parte de una operación rusa de desinformación.

Dijo que tales operaciones —destinadas a sembrar la confusión, cuando no la discordia, entre los adversarios de Rusia— eran una práctica “clásica” de los servicios de espionaje rusos de filtrar documentos auténticos en los que han insertado información falsa.

El objetivo, dijo, parecía ser abrir una brecha entre Ucrania y Estados Unidos, el mayor proveedor de apoyo militar de Kiev.

Algunos expertos en seguridad nacional y responsables estadounidenses afirman que actualmente sospechan que el autor de la filtración podría ser estadounidense, dada la amplitud de los temas tratados en los documentos, pero no descartan que se trate de actores a favor de Rusia. Más teorías podrían desarrollarse a medida que avance la investigación, dijeron.

El Kremlin y la embajada rusa no respondieron a una petición de comentarios sobre su implicación en la filtración.

Ucrania dijo que su presidente y altos cargos de seguridad se reunieron el viernes para discutir formas de prevenir las filtraciones.

La Casa Blanca se ha negado a comentar públicamente quién podría ser el responsable de la filtración y ha remitido todas las preguntas sobre la misma al Pentágono. El Pentágono dijo que durante el fin de semana, autoridades estadounidenses hablaron con aliados y habían notificado la filtración a la comisión pertinente del Congreso.

“Estoy profundamente preocupado por el posible alcance y la naturaleza de la información expuesta y espero que se me informe plenamente en los próximos días”, dijo el representante Jason Crow, un ex Ranger del Ejército que forma parte de los comités de inteligencia y relaciones exteriores de la Cámara de Representantes de Estados Unidos.

IMPACTO EN LOS PAÍSES ALIADOS

Las filtraciones ya han suscitado reacciones de algunos Gobiernos extranjeros.

En un comunicado emitido el domingo, la oficina del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, tachó de “mendaz y sin fundamento alguno” un documento en el que se afirmaba que el Mossad, una de las agencias de inteligencia del país, alentó las recientes protestas contra el plan de Netanyahu de endurecer los controles sobre el poder judicial.

Un responsable de la presidencia surcoreana dijo el domingo que el país estaba al tanto de los informes sobre los documentos filtrados y planeaba discutir “las cuestiones planteadas” con Washington.

Uno de los documentos daba detalles de discusiones internas entre altos responsables surcoreanos sobre la presión de Estados Unidos para que Seúl suministrara armas a Ucrania, y su política de no hacerlo.

Uno de los documentos marcados como “Top Secret” supuestamente detallaba la manera en que contratistas militares privados rusos se reunían con “contactos” turcos para comprar armas a Ankara.

La embajada turca en Washington declinó hacer comentarios.

Parte de la información más sensible está supuestamente relacionada con las capacidades y carencias militares de Ucrania.

No es infrecuente que Estados Unidos y otros países espíen a sus aliados. Sin embargo, las revelaciones públicas de ese espionaje son incómodas para esos aliados, que necesitan explicar a sus poblaciones cómo van a responder.

“Va a llevar algún tiempo reconstruir la confianza con nuestros aliados”, dijo el segundo responsable de defensa estadounidense entrevistado por Reuters.

Michael Mulroy, un antiguo alto cargo del Pentágono, restó importancia al impacto duradero de la filtración.

“Por supuesto, es incómodo que estas actividades se hagan públicas”, dijo Mulroy. “Puede causar problemas a corto plazo en las relaciones, pero creo que a largo plazo los intereses compartidos entre los países seguirán siendo sólidos”.

 

 

 


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