El mayor déficit está en África subsahariana, donde el 20% de los niños no está inscrito en la escuela y el 60% no va a la secundaria, alerta un nuevo informe la agencia de la ONU para la educación. Revela también que los países de renta baja deben aumentar casi un 50% el número de maestros.

 

Es muy urgente movilizar recursos adicionales y elaborar nuevas estrategias para aumentar el financiamiento a la educación, al igual que su eficacia, de otra manera, no habrá la educación de calidad para todos que plantea el cuarto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030.

Así lo advirtió este viernes un nuevo informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), que cifra en 97.000 millones de dólares el déficit anual del presupuesto mundial de educación.

La UNESCO conminó a los donantes a cumplir sus compromisos de ayuda y a priorizar la educación básica en los países más pobres, afirmando que, si de verdad se cumplieran esas promesas, se cubriría el 28% de la brecha anual.

Se dio por sentado que habría ambición

El organismo recordó que al fijarse el Objetivo 4 de la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible, se contó con que habría la voluntad necesaria para los esfuerzos adicionales indispensables que requiere un progreso acelerado.

Además, se partió de la idea de establecer una relación de equidad teniendo en cuenta las diferentes realidades, capacidades y niveles de desarrollo nacionales.

Otro de los puntos de partida fue la responsabilidad de ofrecer mejores resultados educativos, subrayó.

El documento indica que África subsahariana registra el mayor déficit con 70.000 millones de dólares al año y especifica que el 20% de los niños en edad de asistir a la escuela primaria y casi el 60% de los adolescentes en edad de cursar la secundaria superior que no están matriculados.

Déficit de docentes

Subraya también un enorme déficit global de docentes, detallando que los países de renta baja precisan triplicar el número de maestros de preescolar, en tanto que los de renta media baja deben duplicarlo para 2030.

En cuanto a la educación elemental, precisa que los países de bajos ingresos necesitan aumentar casi un 50% sus maestros de escuela primaria.

La pandemia

La UNESCO señaló que dos terceras partes de los países de ingresos bajos y bajos medios redujeron su gasto en educación pública en el primer año de la pandemia de COVID-19, y añadió que el sector necesitará una inyección de fondos para que esas naciones alcancen sus objetivos.

En este sentido, los urgió a revisar el financiamiento que dan a la educación para compensar ese rezago.

Por otra parte, reconoció que si bien no se conoce aún en toda su magnitud el impacto de las interrupciones por la pandemia de COVID-19, se puede aseverar que hubo pérdidas masivas de aprendizaje que exacerbaron la crisis que ya existía en la educación.

Asimismo, alertó de que actualmente solo la mitad de los niños y adolescentes están preparados para el futuro tras haber completado su educación básica y con una competencia mínima en lectura.

Educación digital

El informe dedica un apartado a la educación digital, estimando en 183.000 millones de dólares el dinero que hace falta para impulsar en ese terreno a las escuelas en los países de renta baja y media baja.

Explica que la tecnología educativa se aceleró durante la pandemia, transformando el aprendizaje y llevando a algunos gobiernos a creer que pueden superar algunos de los desafíos que han afectado su desarrollo en el pasado con base en la tecnología.

Sin embargo, enfatiza que los responsables de la toma de decisiones deben comprender las implicaciones de costos de impulsar la transformación digital en la educación, así como qué elementos son transformadores.

 

 

 

 

Boletín de prensa de la ONU


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